• CAPÍTULO 35 • - "2/4"

1.4K 101 0
                                    

Narra Karol.

El abogado de Ezra me trajo una silla, y me senté justamente en medio de ambos.

Ruggero tenía la mirada centrada hacia en frente, estaba serio, o más bien, estaba enojado. Lo conozco, se que me ha de estar matando en sus pensamientos.

- bien, ¿Señora Sevilla? Esposa del... ¿Señor Pasquarelli?

- objeción su señoría, es ex esposa.

- bien, ex esposa del señor Pasquarelli, ¿Trajo su informe?

- si, tome... - le extendí una carpeta donde explicaba todo mi testimonio.

La tomó y la empezó a leer.

- bien, tomaremos un pequeño receso de 30 minutos. - aclaró el juez - leeré su informe y les daré mi declaración. Pueden retirarse - Ezra y yo nos paramos - esta vez no llegue tarde señor Fitz

- no va a volver a pasar. Lo prometo.

Caminamos hasta la puerta, y sentí como ruggero iba tras de mí.

Al momento en que crucé la puerta, giré para verlo, pero mi sorpresa fue que mi miró serio, para luego cerrarme la puerta en la cara.

Se quedó adentro.

Exacto, no sé por qué, pero me está dando miedo, sabía que nunca debí de venir, ¡Agh! ¡¿No paras de meterte en problemas?!

Giré contra mis talones, para así ir a la sala de espera, que solo contaba de sillas negras que se veían entre sí.

Me senté a un lado de Ezra, y si abogado salió del lugar.

- Karol.

- ¿Si?

- tu... ¿No tienes miedo? Digo, es que ruggero se ve alguien importante y... Peligroso

Me quedé callada un momento analizando sus palabras "ruggero" "importante y peligroso" esas palabras describían exactamente como era ruggero.

Suspiré mientras giraba a mirarlo a los ojos.

- Si. Si le tengo miedo a ese Maldito. Pero solo en cuestión legal.

- crees que... ¿Ganemos? - me quedé sería de nuevo, miré hacia el suelo.

- ¿La verdad? - asintió - no.

- ¿Porque?

Gire a verlo de nuevo

- ruggero es alguien peligroso, alguien con mucha influencia, él puede hacer y deshacer todo a su gusto. Bueno... Menos a mí, creo que soy la única persona que es capas de enfrentarlo.

- ya veo porque se gustan.

- no nos gustamos... O bueno... Nuestra relación es un poco complicada... Se diría que es como una "relación tóxica"

- tu... ¿Lo amas aún? - Suspiré de nuevo, y miré hacia la nada. ¿Aún lo amo? Digo, es la única persona que hace que me enoje enserio, es la única que hace que le lancé cosas, como el jarrón que casi le cae en la cabeza, pero claramente no le atiné a propósito, jamás le haría daño. Pero... Regresando a la pregunta ¿Aún lo amo? Mierda, no lo sé, él es... Él es ruggero Pasquarelli. Él no es una persona con la que se pueda tratar bien, de hecho, no se que estará haciendo ahora mismo dentro de la oficina, digo, si nos dijo el juez que esperemos en la sala de espera... ¿Porque él no sale? Agh... - ¿Karol? - Ezra me saca de mis pensamientos - supongo que ese fue un sí ¿Verdad?

- No. No lo amo, ¿Cómo crees que voy a amar a la persona que estoy demandando? ¿Eh? - (justo en el corazón, lo sigues amando)

- mmmh... Es que te quedaste callada, creí que eso era un sí... - negué con la cabeza - por cierto ¿Porque no salió él?

- mmmh... No lo sé, y eso me mata de la intriga.

- perdón por hacer que estés aquí... Este es mi problema y...

- ¡Para nada Ezra! Con tal de darle su merecido al estúpido de ruggero es suficiente.

Se ríe - bueno...

...

Pasó aproximadamente 20 minutos. Y ya me está dando hambre.

Abren la puerta, era ruggero, primero salió la abogada y le sonrió.

- regreso en 10 minutos

- no se preocupe Karla, valla por algo de comer.

- claro... - la abogada era una señora, o más bien, alguien más grande que ruggero, pasó frente a nosotros y se fue.

La mirada de ruggero conectó por unos segundos con la mía, se ajustó bien el saco y guío su mirada hacia en frente.

- ¡¿Ruggero?! - escuché una chillona voz - ¿¡Porque no me dijiste que estarías aquí?! Hubiera venido a apoyarte. - Estefanía.

Ruggero caminó en frente de mi para dirigirse a ella, yo solo los miraba de reojo

- se me pasó decirte...

- Pero, ¿Estás bien? ¿Necesitas algo? ¿Alguna botella de agua? ¿Comida?

Sonríe coqueto - no gracias hermosa, ¿Qué tal si te invito a comer después de aquí?

- ¡Me encantaría! - sonríe - ¿Ezra? - Ezra levanta la mirada y se encuentra con Estefanía, yo los miro confundída al igual que ruggero

- ¿Estefanía? - se para y eso hace que ruggero se haga a un lado para darles espacio. - ¿Que haces aquí?

- pues, vine a acompañar a ruggero...

- cuanto tiempo sin vernos, ¿Quieres ir a tomar algo?

- ¿Ahora?

- si... - ve su reloj - tengo 10 minutos de tiempo.

- claro... Amm... Nos vemos luego ruggero

- claro. - ambos se fueron. Dejando la habitación solo para ruggero y para mí, yo hice como si viera la revista de chismes que tenía a un lado.

Ruggero caminó en mi dirección, y cuando creí que me pasaría de largo, se quedó parado, se desabrochó los botones de su saco para luego sentarse a un lado mío y dar un fuerte suspiro. Yo hice como si no me importara, pero la verdad me pone algo nerviosa el hecho de que esté aquí.

- ¿porque? - habla por primera vez, haciendo que gire a verlo.

- ¿Porque, qué?

Su cara estaba en completa seriedad - ¿Porque haces todo esto? ¿Porque me acusas a mi de secuestro? - ¿Que mierda?

- ¿¡Leíste mi informe?!

- aún no me contestas, Karol.

- no tienes ningún derecho de haber hecho eso

Me rueda los ojos - ay porfavor Karol, no seas tan ingenua, soy ruggero pasquarelli, yo puedo hacer todo lo que yo quiera. No sé porque te sorprende.

- porque eso es ilegal.

- aún no me contestas.

- no te voy a contestar. - quite mi mirada de él, para seguir con la revista de chismes, que por cierto no entendía lo que decía, pues hablaba de puras tonterías.

Sentí como apoyaba su brazo en la parte trasera de mi silla, acercandose a mi oído para así susurrarme

- Karol...- lo dijo en una forma muy provocativa, tomó de mi pierna acariciándola de arriba hacia abajo, okey... No sé qué trata este imbecil. Pero hace que me estremezca - linda y hermosa Karol... ¿Porque haces esto? - se hacerca más a mi oído - ¿Porque lo prefieres a ese idiota antes que a mí? ¿Porque? - lentamente da un beso en mi cuello.

Ay Dios mío... Este hombre me quiere matar.

¿Cómo La Bella y La Bestia? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora