capítulo 13

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[Casa de la Familia Li, Habitación de Shang | Una semana después]

Mulán dio un paso adentro de la habitación, siendo seguida por el chico. Era un lugar realmente ordenado, limpio y varonil: las sábanas en tonos azules estaban perfectamente lisas como si en semanas nadie hubiera puesto un solo dedo en ellas, sin embargo los muebles estaban completamente limpios; por otro lado las paredes eran de color crema, y por aquí y allá habían algunas imágenes y pósters de Bruce Lee, y de otros famosos del mundo de las artes marciales.

—¿Te gusta Bruce Lee? —ella preguntó, observando con detenimiento las imágenes en la pared.

Shang por el contrario estaba concentrado en ella, en cada movimiento, cada paso, cada palabra, hasta que se limitó a asentir.

—Era uno de los mejores... Siempre me ha gustado.

Ella se volteó hacia el chico unos segundos.

—A mi padre le fascina.

Luego siguió con su recorrido, encontrándose con un par de discos de los Beatles.

—¿Los Beatles? Wow, eso sí que no lo veía venir. Eres una caja de sorpresas... Bueno, tu habitación.

Shang se rascó la nuca.

—Sí, bueno... Podría decirse.

La chica seguía paseando con pasos lentos y con una inocente curiosidad alrededor de esa habitación. Y aunque eso podría incomodar a cualquiera que le gustara mantener su privacidad, a él no le importó. Al contrario, sentía una extraña confianza y una increíblemente fuerte conexión con ella. Y eso estaba bien.

Por el momento estaba bien.

—¿Quieres unas papas francesas? —Shang preguntó después de un rato, llamando la atención de Mulán.

Ella lo miró con diversión.

—¿Sabes? He llegado a pensar que tengo cara de hambre. Siempre me ofreces comida, no me malinterpretes, amo la comida pero...

Él soltó una pequeña risita.

—Eso lo he notado.

—Sé que estoy un poco desnutrida pero no es mi culpa que tú tengas un cuer... —ella se detuvo a tiempo, y por un momento pensó que metería la pata—. Que estés en tu peso ideal, ya sabes.

El rubor llegó a sus mejillas. Y ahora realmente estaba empezando a cuestionar ese color tan pálido de su piel que en verdad no la ayudaba, al contrario, la delataba fácilmente.

Shang soltó una deliciosa risa sonora.

—No estás desnutrida.

Ambos hicieron una pausa, intercambiando unas pequeñas risitas.

—Entonces, ¿no vas a querer las papas?

Ella se cruzó de brazos, mostrando una expresión divertida en su rostro.

—Nunca dije que no.

(...)

Un clásico de los Beatles ahora se escuchaba en un volumen moderado en la habitación, mientras ambos estaban narrando un par de párrafos del trabajo escrito.

Once there was a way, to get back homeward
Once there was a way, to get back home
Sleep pretty darling, do not cry
And I will sing a lullaby

—¿Crees que está bien así? —él preguntó volteando la computadora hacia donde estaba Mulán, para que ella pudiera leer lo que él acaba de terminar de escribir.

Together & Tangled | Mulán & ShangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora