capítulo 17

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[OMDU, Gimnasio]

Las voces se escuchaban por aquí y por allá, algunos de los chicos se mantenían bromeando entre ellos, otros, por su parte, parecían estar demasiado sumergidos en sus cabezas, y luego estaban Mulán y Mushu, quiénes estaban sentados en unas de las gradas esperando a que el capitán finalmente llegara.

Y así fue.

—Buenos días —Shang habló con la voz serena y ciertamente fuerte.

Entonces se colocó frente al gran grupo de varones que recién habían puesto su atención en él.

—Cada día de práctica, cuando lleguen deben empezar a calentar. En silencio. Cada uno en sus cosas. ¿De acuerdo?

Nadie contestó una sola palabra. O siquiera se escuchó un murmuro.

—Les asignaré cada ejercicio, y los calificaremos dependiendo de su rendimiento —Shang continuó, esta vez retirando la parte de arriba de su kimono de entrenamiento.

El chico tan sólo quedó en pantalones, mientras su abdomen y pecho quedaron al descubierto. Al parecer así le gustaba entrenar, y qué conveniente para Mulán...

«Demonios...», pensó.

Ella lo miró embobada, y tragó un nudo de sorpresa. Claro, ¿cómo no sentir absolutamente nada al admirar tal silueta? Era majestuoso. Y sin duda alguna, más que atractivo.

Estaba segura de que se debía de ver tan boba y boquiabierta, pero cuando su mirada tocó la de ella, entonces cerró la boca y fingió estar mirando hacia otro lado.

El chico continuó hablando.

—Ling les dará los principales...

Fue entonces cuando Shang respiró profundamente al notar como sus propios compañeros estaban en otro mundo muy lejano al momento en el que debían estar, pues, Adam y el trío de oro estaban hablando y bromeando entre ellos.

Tenían que ser ellos.

Shang intentó contenerse, y llamó al encargado de darles los papeles a los chicos una vez más.

—¡Ling!

Los cuatro se quedaron callados, de repente, hasta que Adam le dió una palmada en la espalda a Ling, llamando su atención.

—¡Aquí estoy!

—Entrégales los documentos —Shang volvió a repetirle, acompañado de una mirada llena de reproche.

Mas, no tardó en desviar su concentración nuevamente a los chicos frente a él.

—Todos están aquí por una razón, ¿no es así? Independientemente de la que sea, pero están aquí porque desean entrar al equipo. Aprender lo que es la defensa personal —él hizo una pausa, caminando de extremo a extremo entre los chicos —. Pero no podemos empezar algo sin saber porqué lo hacemos, ¿verdad?

—Eso depende —escuchó a alguien contestar.

Shang no respondió nada a eso, tan sólo continuó.

—Las cosas llevan un orden, y en las artes marciales el orden y la concentración son cosas muy importantes —añadió—. Les preguntaré algo simple, ¿cuántos de los que están aquí saben lo que la disciplina significa? Apuesto a que menos de la mitad —entonces dió un rápido recorrido con su mirada, buscando algún rostro de expresión rebelde o demasiado tímido.

Escogió la primera opción, y le habló a un chico de cabello negro.

—Tú, ¿sabes la respuesta?

Together & Tangled | Mulán & ShangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora