capítulo 11

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[OMDU]

Iba dando pasos tranquilos por los pasillos, dirigiéndose justo a buscar a su amiga Mérida en la cafetería de la universidad, con sus audífonos puestos, reproduciendo una de las tantas canciones que llevaba en su teléfono móvil. Ella se detuvo en frente de una de las pizarras informativas, notando como un chico delgado terminaba de colocar un papel, donde en letras mayúsculas decía claramente "Martial Knights", debía ser algo relacionado con lo que Li Shang había comentado la tarde anterior, algo relacionado con los nuevos integrantes.

Decidió acercarse para observar mejor: habían pospuesto la fecha de las pruebas para los futuros integrantes del equipo... Dos semanas.

No pudo evitar sentir un poco de culpa sobre eso. Después de todo ella había golpeado al capitán del equipo justo en la cara, haciendo que los superiores pensaran que él la había tocado o al menos que ambos estaban peleando por alguna mala relación que se suponía que tuvieran. ¿Era responsable? Tal vez sí, pero sólo un poco.

Algunos otros chicos se habían acercado al pizarrón también, pero ella seguía en su música, y en el papel frente a sus ojos. Hasta que logró notar un movimiento demasiado cerca suyo: un chico asiático y esbelto, quién llevaba una gorra negra y un bléiser azul oscuro.

Cuando Mulán lo miró, retiró de inmediato uno de sus audífonos, notando una pequeña sonrisa en los labios de él.

—Tú eres Fa Mulán, ¿cierto? —preguntó el chico, mostrándose amable—. Eres una de las mejores arqueras de este lugar, ¿no es así?

Ella sonrió.

—Eso creo.

Él extendió su mano, ofreciendo un saludo.

—Soy Tadashi. Tadashi Hamada.

Mulán aceptó su gesto con gusto, y luego lo miró curiosa.

—¿No eres algo así como un genio de la robótica?

—Mmm... Algo así —dijo, para luego soltar una tierna risita—. ¿Qué estás viendo?

Ella negó, y mintió.

—Nada en sí. Sólo...

Pero era obvio que él había sido más observador.

—¿El equipo de Li Shang? Disculpa que pregunte pero, ¿qué no es sólo para chicos o ya cambiaron el reglamento?

—No. No aún.

—Ojalá algún día logren dar una oportunidad diferente —comentó, leyendo las letras en el papel colgado en el pizarrón.

—Tal vez algún día —Mulán susurró.

La verdad era que ella también esperaba que algún día cambiaran ese tonto reglamento.

El chico sonrió animado, pero luego miró el reloj en su muñeca.

—Bueno, me tengo que ir, estoy en medio de un asombroso proyecto, y el deber me llama —un pequeño y divertido guiño hizo a la chica esbozar una sonrisita—. Fue un gusto conocerte, Fa Mulán.

—El placer es mío.

—Tal vez algún día puedas conocer mi proyecto —él suavizó la voz cuando pronunció las palabras, y la emoción se asomó en sus ojos—. Espero que guste y ayude a muchos.

Mulán le sonrió aceptando su propuesta casi indirecta.

—Sería genial. Ya sabes dónde encontrarme.

—Junto a los arcos y las flechas —él señaló, con confianza en el tono alegre de su voz.

—Suerte.

Together & Tangled | Mulán & ShangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora