Together & Tangled | Mulán & Shang

capítulo 16

[Fraternidad DK's | Misma noche del capítulo 15]

Shang yacía en la sala de estar mientras terminaba su cena al lado de Kristoff y Ling, entreteniéndose en ver cómo su amigo le "pateaba el trasero" al rubio.

Ambos chicos parecían bastante concentrados en su videojuego, en el cual Ling era el único que llevaba las de ganar. Si bien a veces el asiático era un completo torpe, cuando jugaba algunas partidas de videojuegos con los chicos, él era quien normalmente ganaba.

—¡No seas tan maldito! —soltó el rubio, haciendo un notable esfuerzo en ganarle al asiático.

—Lo siento, hermano —el chico se defendió, soltando una risita—. Pero en la guerra todo se vale.

—Eres un chino tramposo —Kristoff susurró por lo bajo, haciendo que Shang soltara una sonora carcajada.

—No importa cuántas veces lo intentes, siempre te voy a patear el trasero —Ling estiró sus brazos, mientras al mismo tiempo tronaba sus dedos.

Eugene entró al lugar, con una Coca cola en mano.

—Eso es cierto.

Shang por su parte no dijo nada, de hecho, desde que había regresado de su rutina diaria de ejercicios, y de su charla con Mulán, él había estado bastante callado.

—¿Y a ti? ¿Qué tienes? ¿Te picó algo o qué? ¿Por qué estás tan callado? —Ling lanzó las palabras con rapidez, mirando con una pizca de preocupación a su amigo.

El chico sonrió vacilante.

—No es nada.

—Está pensando en su chica, déjalo —Eugene intervino en la conversación, a propósito.

Shang se volteó hacia el castaño, arqueando una ceja.

—¿Disculpa?

—Ay, no te hagas. Sé que la asiática te andaba buscando.

—¿Shang tiene chica? —Kristoff se metió en la conversación sin ser invitado.

—Lo sé. Sorprendente, ¿verdad? —Eugene insistió en burlarse de su amigo.

—¿Por qué no nos habías dicho?

Al escuchar la pregunta de Kristoff, Shang presintió que estaba a punto de sonrojarse.

Sonrojarse. Esto sí que era nuevo. Él no era el tipo de chico que caía completamente en el juego del embelesamiento al hablar de una chica. Pero esa no era una chica común y corriente, era Mulán. Fa Mulán. La hermosa y decidida asiática que había puesto su mundo patas arriba justo después de aquel primer e inesperado golpe.

Definitivamente nada relacionado con ella era usual.

Pero no. No se dejaría atacar tan fácilmente por ese par de entrometidos.

—Porque no tengo.

Eugene rodó los ojos.

—¿Hasta cuándo lo vas a negar? Vamos, hombre. Acéptalo. Es una hermosura.

—Ella no es mi chica —dijo, acentuando con claridad aquellas dos últimas palabras—. Es mi amiga.

El castaño esta vez soltó un fuerte suspiro, volviendo a rodar los ojos.

—Eso es como decir que Kristoff y la pelirroja de Arendelle son sólo "amigos" —habló, haciendo comillas con los dedos.

—Deja a Anna en paz, Eugene —escucharon a Kristoff quien había vuelto a concentrarse en el videojuego, donde Ling nuevamente estaba, no tan literalmente, pateándole el trasero.