capítulo 15

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[Narrado en primera persona: Mulán]

Llevaba al menos veinte minutos intentando contactar a Shang... Y la verdad no sabía si era alguna señal de mis ancestros para que no hiciera tal locura.

Ojalá fuera eso.

Noté a uno de sus amigos a unos cuantos pasos de mí. Sí, definitivamente era uno de los chicos de su fraternidad.

Decidí acercarme.

—Hola.

El castaño me miró con cierta picardía... ¿acaso me conocía?

Continúe con mi sonrisa amistosa.

—Tú eres amigo de Shang, ¿verdad?

El chico se cruzó de brazos, arqueando una de sus cejas, y mostrando una expresión casi traviesa.

—Sí, soy Eugene —él sonrió.

—Mulán —me presenté.

Pero no estaba ahí para hacer amigos, si no que estaba en medio de algo importante, buscar a Li Shang.

—¿De casualidad sabes dónde está? Es que lo he estado llamando pero no me contesta.

Eugene asintió.

—Debe de estar en el gimnasio, ya sabes, haciendo lo que sea que él haga ahí.

¡Por supuesto! ¿Por qué no se me había ocurrido? Ya habíamos terminado el trabajo, y él podía volver, sin ningún problema, a sus actividades diarias.

—Claro. ¡Gracias!

El chico me dio un guiño.

—No hay problema, nena.

Realmente a veces no entendía a los chicos.

«Extraños», pensé.

Fui directo al gimnasio, y tal y como Eugene había dicho, él estaba ahí.

Lo miré un par de segundos, completamente admirada... Ahora comprendía a la perfección qué era lo que me atraía... Esperen. Ya basta, Mulán. Concéntrate.

Él sólo tardó un poco en notar mi presencia, justo después de que me senté en una de las gradas.

—Mulán —él pareció sorprendido, pero finalmente una sonrisa se asomó en su rostro—. ¿Hace cuánto estás aquí?

Me quedé pensativa unos segundos, bromeando con él.

—Mmm... ¿dos minutos, tal vez?

Ambos compartimos una escasa sonrisita.

Shang tomó una toalla, limpiando los pocos restos de sudor en su frente y cuello; mientras se dirigía a sentarse a mi lado.

—No te escuché llegar. ¿Qué estás haciendo aquí? —no había desconfianza en su voz, tan sólo una pizca de curiosidad—. Si es por... Aún no lo he pensado bien, sabes.

Sabía a lo que él se refería y no. No estaba ahí por eso, de todas maneras, ya me había convencido de que él no aceptaría tal cosa... Realmente lo supe desde su primer "no".

—Ya no importa.

Shang llevó su mano hasta mi hombro, mientras su pulgar me acariciaba la piel, produciéndome cierto cosquilleo.

—Oye, no quiero que te molestes conmigo.

—No estoy molesta contigo —lo miré intentando convencerlo. Mas él puso sus ojos en mí con interrogación—. En verdad.

Together & Tangled | Mulán & ShangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora