cherry blossom

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«La flor que crece en la adversidad es la más extraña y hermosa de todas.»

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[China, Casa de la Familia Fa]

—Mulán, ¿puedo pasar? —preguntó Fa Li, justo asomándose un poco por la puerta entre abierta del cuarto de su hija.

—Por supuesto que sí, mamá —ella contestó, dándole una mirada rápida a la mujer.

Mulán ahora sentada frente a la cómoda de su habitación, se miró justo en el espejo frente suyo. Miró su cabello oscuro cayendo en ondas sobre sus hombros, miró su rostro, y luego se encontró con ese par de ojos oscuros pertenecientes a ella misma. Había algo muy distinto en ellos... Algo había cambiado desde esa mañana.

—¿Quieres que te cepille el cabello? —su madre preguntó, para luego tomar el cepillo que había sobre la cómoda.

—Está bien —aceptó en un susurro.

Fa Li había comenzado a cepillar el cabello oscuro de su hija, intentando desenredar unos mínimos nudos.

—Sé que hubieras preferido que escogiera algún otro club, pero... —comenzó a hablar Mulán, recordando la pequeña discusión que había tenido con su madre gracias a que su padre le había permitido inscribirse en el club de arquería de la universidad.

Su madre aún tenía demasiado presente las ideas con las que se había criado: "con hijos la mujer, con armas el varón". Una joven no debía de incluirse en cosas de hombres, ni siquiera por diversión, al contrario, debía de ser lo más tranquila y callada posible, debía estar preparada para contraer matrimonio y servir a su esposo.

Sin embargo, a pesar de que su padre había llegado hasta cierto punto a apoyar las antiguas costumbres y pensamientos de Fa Li, también había comprendido a Mulán. No era tan difícil comprender que eran otros tiempos, que el matrimonio y ser una jovencita primorosa no era lo primordial, y aquello lo había confirmado al dejarla ir a la universidad. Fue una situación difícil, demasiado difícil, pero al final la habían dejado asistir, y tal como esa vez, ese día había ocurrido lo mismo.

Mulán había pedido permiso a sus padres para inscribirse al club de arquería, su madre se había negado rotundamente, pero Fa Zhou, él sabía que parte de aquel comportamiento era su culpa; él la había consentido al educarla con demasiados sueños. Haciéndola creer que podía hacer y ser lo que su corazón le dictara que fuera, sin mencionar que cuando ella era pequeña, le contaba historias sobre valerosos guerreros de su tan amada cultura china.

Todo aquello le había abierto su pensamiento, y la había impulsado a ser una chica independiente, energética y valiente; y en lugar de crecer con los pensamientos que su madre le quería inculcar, se dejó llevar por las maravillosas historias de Fa Zhou. Tal vez él ahora debía de hacerse responsable de lo que había provocado en su hija.

Together & Tangled | Mulán & ShangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora