capítulo 14

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[Casa de la Familia Li, Habitación de Shang | Pocos días después]

Escuchó a Shang soltar un largo suspiro mientras empezaba a estirar sus brazos, para luego repetir lo que había dicho hacía tan sólo unos segundos atrás.

—Está hecho.

Mulán lo miró con los ojos bien abiertos.

—¿Está listo? ¿En verdad?

—Eso creo —él esbozó una sonrisita, y volteó la laptop hacia donde estaba ella para que revisara el documento.

Mulán le dio una mirada a la pantalla.

—¡Gracias al cielo! —soltó con emoción.

Shang se mantuvo observándola incluso antes de que ella lo mirara de vuelta.

—¿Y al final se logró el propósito?

—¿Eh?

Él negó con la cabeza sonriendo; ahora la conocía mucho mejor y sabía que aquello que le había dicho el día en que se conocieron era en parte algo cierto, ella era un poquito distraída en algunas cosas.

—Ya nos llevamos bien, ¿no?

Mulán hizo una mueca y se cruzó de brazos.

—Aún estoy molesta contigo. Sigo pensando que una chica puede ser tan capaz como cualquier chico.

Shang arqueó una ceja.

—¿En serio quieres hablar sobre eso?

—Es sólo mi opinión —ella se defendió—. Y sabes que tengo razón.

—Mulán, sabes que es sólo que...

Ella rodó los ojos.

—Está bien, tienes razón. Hoy no quiero discutir contigo sobre eso, de todas maneras.

Mulán se mantuvo callada unos segundos, sabía que él la estaba mirando, pero no le prestó atención. Observó a un lado de la laptop unos papeles de inscripción, ella los tomó y luego se volteó hacia él, fingiendo desconocer de lo que se trataban.

—¿Qué es esto?

—Las inscripciones para los nuevos reclutas.

—¿Tú los hiciste? —insistió, ahora leyendo el primero que aparecía.

Shang asintió.

—Anoche los estaba terminando.

—¿Para cuándo son?

—En tres días son las pruebas.

—Eso es genial —murmuró.

Ella le sonrió escasamente, y Shang asintió con una sonrisa en respuesta.

—Shang, ¿puedo preguntarte algo?

—Por supuesto.

Mulán lo enfrentó con la mirada, y dejó de lado los pensamientos que tan sólo la ponían nerviosa.

—Si te pidiera que me enseñaras artes marciales —el tono de su voz fue honesto—, ¿lo harías?

Él contestó de inmediato sin siquiera pensarlo.

—No.

Mulán frunció el ceño y se cruzó nuevamente de brazos.

—¿Por qué no?

—Porque no —él le quitó los papeles de sus manos.

—No soy tan débil, Shang. Además, no será por mucho tiempo; aprendo rápido.

Together & Tangled | Mulán & ShangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora