Me cuesta olvidarte.

Incomodidad.

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Hola a todos, les traigo un nuevo capitulo. 

Nos leemos abajo

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Daichi salió del hotel en el cual se encontraba hospedado, quería dar una vuelta para poder despejar su mente un poco. Se sentía exhausto y la reunión de la noche anterior no le había ayudado en nada. Su padre le había obligado a asistir, como siempre, no se pudo negar. Suspiró recordando la velada.

~~~Flash back~~~

-Esta es una simple velada, nada de negocios, solo nos divertiremos. –Exclamó Kentaro con una sonrisa en su rostro mientras tomaba asiento en una de las sillas de aquel lujoso restaurante.

Daichi sonrió forzadamente y tomó asiento siendo seguido por su padre. – Excelente ¿cierto, hijo? – preguntó el Sawamura padre a su hijo obteniendo como respuesta un leve asentimiento.

-¿Desean algo para beber? – preguntó el joven mesero de forma educada.

Daichi iba a responder, pero Kentaro le interrumpió. – Esperaremos a unas personas que faltan. – dijo, el mesero asintió y se retiró.

-No demoran en llegar mi hijo y mi querido yerno. – aclaró Bokuto padre con una sonrisa.

El padre de Daichi sonrió. – Qué bueno que ya tengas nietos, deben ser preciosos. – confesó. – Desearía tener nietos propios. – suspiró.

El menor de los hombres pasó saliva un poco nervioso. Ni loco pensaba tener hijos con alguien que no quería. – Pero Daichi está muy reacio a eso. – dijo Sawamura sacándolo de sus pensamientos. –

Bokuto miró de reojo a Daichi, se notaba incómodo. - ¡Vamos hombre, déjalo disfrutar de su vida de casado! – exclamó riendo de manera ruidosa. – Kotaro fue un dolor de cabeza, mi idea era casarlo con el hijo doncel de un buen socio mío. – confesó obteniendo la atención de los Sawamura. – Pero el cabeza hueca conoció a un jovencito doncel y lo conquistó. Obviamente al principio me negué rotundamente. Tenía unos buenos planes con aquel socio y estaba en riesgo por mi estúpido hijo. ¡Hasta me amenazo! - se rio.

-¿A qué se refiere?- preguntó curioso.

-Dijo que si no lo aceptaba huiría con aquel joven y no volvería a saber de él. – sonrió con nostalgia. – Mi esposa me regaño y tuvimos una pelea por eso. Mi idea era apartarlos y una vez intercepte al doncel para conocer sus intenciones y hacerle saber de su posición. – suspiró. – Más todo me salió al revés. – sonrió y miró a los Sawamura. – Muy puesto en su lugar, con grandes metas y luchador, Akaashi era un buen joven y no pude contra eso. –

-¿Se puede saber por qué hablan de mi esposo? – dijo una seria voz detrás de Kentaro y este sonrió.

Daichi posó su mirada en el joven de cabellos bicolor y luego en aquel muchacho pelinegro de cara seria.

-¡Hijo! – exclamó feliz poniéndose de pie y pasando de largo a Kotaro para abrazar a Keiji.

-¡Papá! – exclamó Kotaro al ver como su padre abrazaba a su esposo.

-¡Oh Keiji-kun estas hermoso! ¡Y veo que mis nietos siguen creciendo! – dijo Kentaro extremadamente feliz y con su mirada fija en el abultado vientre del pelinegro.