n u e v e

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Changbin caminaba delante, seguro de sí mismo y contento de que el menor no hubiera salido huyendo a la primera oportunidad que tuvo. El rubio caminaba sumido en sus pensamientos unos metros detrás. Apenas se habían dado cuenta de que estaban llegando al río Han hasta que el mayor le cogió de la mano y comenzó a arrastrarle para no perderle entre la multitud que comenzaba a haber por allí.

Hyunjin observó como Changbin tenía el ceño fruncido, concentrado en esquivar a la gente hasta poder llegar a una zona más apartada, donde pudieron caminar con más tranquilidad.

—Es sábado y hay mucha gente, pero adoro este sitio —sonrió ampliamente el más bajito—. Me ayuda a tranquilizarme cuando nos meten más presión. Algunas de nuestras canciones han nacido aquí.

—¿Así que es aquí donde vienes cuando no podemos encontrarte por ningún sitio y Chan empieza a volverse loco queriendo asesinarte?

Changbin rió y asintió con la cabeza: —Exactamente, pero ¿a qué es un lugar bonito?

Hyunjin asintió con la cabeza imitando a su amigo y sonrió. La vista del río era muy bonita y había mucha gente paseando, en especial parejas que traían sus picnics para más tarde, familias con niños pequeños, gente paseando a los perros o corriendo, gente montando en bicicleta...

Changbin se sentó en un banco libre que encontró y se quedó observando a su amigo, que ni siquiera se había dado cuenta de que el mayor se había desplazado. Hyunjin parecía tranquilo, calmado e incluso parecía disfrutar del lugar, lo cual relajó al moreno. Quería hacerle ver que había un mundo fuera y no podía ser todo el trabajo.

Un poco después, Hyunjin se dejó caer en el banco junto a Changbin. No hablaron, simplemente se quedaron mirando el paisaje y a la gente caminar de un lado a otro. En algún momento, uno de los dos comenzó a tararear alguna canción y el otro siguió cantándola con él. Los dos acabaron haciendo un mini concierto de sus propias canciones, versionándolas de distintas maneras y riendo. Siempre habían disfrutado de pasar tiempo juntos. Eran realmente cercanos entre ellos y compartían numerosas bromas que solo ellos dos podían entender. Hyunjin era también el que más bullying cariñoso hacía sobre el mayor, especialemente cuando estaban todos juntos, logrando que Changbin acabase actuando adorable para ser perdonado por los demás (aunque a veces recibía algún suave golpe de un avergonzado Jeongin).

—Gracias por traerme aquí, hyung —susurró Hyunjin dulcemente, sonriendo.

—No me des las gracias, dame un regalo —rió el mayor, haciendo que el rubio alzase una ceja. Posteriormente, Changbin se tocó adorablemente una de sus mejillas y habló en un tono de voz realmente agudo y adorable—. Dame un besito.

Hyunjin se sonrojó muchísimo, pero supo que era una de las bromas que Changbin hacía a todo el mundo. Siempre pedía besitos en las mejillas, pero realmente el único que se los daba era Felix. El rubio sonrió y rápidamente posó sus labios en la mejilla del mayor, dejando un rápido y pequeño beso. Ambos acabaron riendo y Hyunjin apoyó la cabeza en el hombro de su amigo. No mucho después, Changbin pudo notar como su amigo se había quedado dormido.

El mayor sonrió enternecido y dejó que el chico se quedase apoyado en su hombro, aunque fuese algo incómodo para él. Sacó su móvil y le sacó una foto disimuladamente, sabía que podría usarla en un futuro para su beneficio, quizás incluso la compartiera con Stay cuando fuese el cumpleaños del chico.

Changbin se quedó observando a la gente que paseaba por allí, especialmente a aquellos que iban en bicicleta. Hacía mucho tiempo que no tenía oportunidad de montar en bicicleta, ¿quizás debería proponerle a Hyunjin alquilar un par de ellas cuando el chico despertase? Quizás luego podrían ir a comer.

Hyunjin no tardó en despertar y sonreír al ver a su amigo. Se disculpó por haberse quedad dormido y en cambio, se vio obligado a aceptar la propuesta de su amigo de montar en bicicleta. Le preguntaron a una adorable pareja donde podían alquilarlas y se dirigieron hacia allí dando un paseo. Hacía una temperatura realmente agradable, apenas hacía frío y el sol brillaba sin ninguna nube que se atreviese a hacerle sombra. Era un día ideal para caminar y estar fuera.

—Realmente hace un día precioso... —sonrió Hyunjin, mirando el cielo. Changbin le observaba enternecido y asentía con la cabeza. No tardaron mucho más en llegar al puesto de bicicletas.

Ninguno de los dos había traído consigo demasiado dinero, pero afortunadamente, no fue para nada caro y podrían ir más tarde a comer juntos, así que cogieron las dos bicicletas y dieron un agradable paseo por la orilla del río Han. Iban más o menos al lado, de manera que podían conversar tranquilamente mientras pedaleaban. Hyunjin realmente estaba disfrutando del día y se arrepentía de haber maldecido al moreno cuando le había dicho que le acompañaría al gimnasio esa mañana.

Lo cierto es que Hyunjin iba tan sumido en sus pensamientos que apenas escuchaba a Changbin, quien le contaba acerca de una anécdota de cuando era pequeño y montó en bicicleta con su padre por primera vez. Así que tampoco pudo escuchar cuando el más bajo le advirtió que tuviese cuidado con un niño pequeño que se estaba cruzando en el camino de ambos. Changbin lo pudo esquivar bien, pero el rubio no reaccionó hasta estar a escasos centímetros del pequeño y tuvo que girar el manillar a toda prisa, realizando un movimiento realmente brusco y cayendo al suelo, con la bicicleta encima. Dolía.

Al ver a su amigo menor en el suelo, Changbin se apresuró en acercarse a su lado y ayudar a levantarlo, pero pudo notar que el chico cojeaba y se quejaba de un dolor en el pie derecho.

—L-lo siento, Changbin... No prestaba atención y...

—No te preocupes, Jinnie... —sonrió el moreno dulcemente, agarrando bien a su amigo—. ¿Te duele mucho? —el chico asintió— Quédate aquí sentado un momento ¿vale? Iré a devolver las bicicletas y te acompañaré al hospital para que te miren el pie.

Hyunjin le hizo caso y observó como su amigo se marchaba. Apenas unos minutos después estaba de vuelta y pidieron un taxi para ir al hospital. Afortunadamente, no tuvieron que esperar mucho tiempo para que un médico le analizase y le diera la peor noticia que podrían darle a Hyunjin:

Tenía un esguince algo serio y tendría que estar al menos dos semanas sin hacer ningún tipo de esfuerzo, y por supuesto, sin bailar.

tattoo // changjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora