Magia Real

27.- Batalla del Campo de Laplaya: 2

Mario Loiyer

—Capitán, acabamos de ver un ejército al oeste, desembarco en la playa —dijo un joven vigía que llegaba corriendo.

—¿Esta confirmado que son Nufenios? —pregunto el capitán.

—No lo se señor, no parecen tener armaduras Nufenias pero algunos están montados en extrañas bestias —explicó.

—¿Serán espías? —pregunté.

—Tal vez lo sean, ve con tus tropas, capturalos, con vida —me ordenó.

—Así lo haré —corrí con rapidez rumbo a donde descansaban las tropas bajo mi mando—. Vamos flojos tenemos una misión.

—¿Y ahora que tendremos que limpiar? —preguntó Richard.

—Hay unos espías a los que capturar —rápidamente todos se levantaron, a pesar de que nuestro puesto estaba en la frontera no solía haber mucha acción.

Abandonamos el campamento y al subir la primera colina que nos separaba de la playa los vimos, eran parecidos, pero era evidente que no eran Likanos, sus rostros, orejas su estatura, no se parecían tanto, pero no era momento de saber eso, ya lo descubriríamos luego, di la señal he iniciamos a correr hacia ellos.

Cuándo nos vieron uno inicio a agitar una bandera blanca, no entendía la razón pero ninguno de ellos se preparaba para pelear, una de sus monturas se asusto y tiro a su jinete antes de escapar, saque mi espada listo para hacer lo que fuera necesario para capturarlos a todos.

—¡Qué ninguno escape!

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Leila Nilli

Me levante con dificultad y mire a aquellos que se aproximaban—. ¡Juk nari sip! —se escuchó que uno grito.

—¡Todos saquen sus armas! —ordenó Linci y dio un señal manual para que atacaramos.

Corrimos para atacar, nuestros jinetes dieron el primer golpe pero los enemigos eran muchos, saque mi espada he inicié la lucha contra el primer enemigo que estaba frente a mi, por suerte mi visión me permitía saber como me atacaría para así poder defenderme.

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Mario Loiyer

—¡Ducun gami nun damun! —gritó uno de aquellos que estaban montados y todos ellos iniciaron a moverse hacia nosotros la batalla estaba por empezar.

Corrí en dirección a aquel guerrero y cuándo estaba cerca me deslice por debajo de él, logrando que su bestia de montura cayera de un fuerte golpe que le di a su pata con mi espada, me levanté, el intento bloquear mi ataque aprovechando su escudo y su espada, pero no era rival para mi, he estado sirviendo en este ejército por un largo tiempo y mi visión me hacia superior a cualquiera, rápidamente lo desarme y le clave mi espada en una pierna para que no pudiera escapar.

Entonces voltee para continuar cuándo sentí una gran energía magnética empujar me a mi y mi armadura me tiro casi 3 metros

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Leila Nilli

—¡Leila son demasiados!, ¡no podremos ganar si no usas tus poderes! —me gritó Masiel.

—¡Pero Linci me dijo que no podía usarlos mientras el estuviera al mando! —replique intentando no distraerme del oponente con el que luchaba.

—¡Lo derribaron!, ¡dudo que sobrevivamos si no actúas ahora! —alegó justo antes de que uno de esos seres lo tirará al suelo, nos estaban venciendo a todos, no podía dejar que murieramos solo porque a Linci no le gustaban mis poderes.

Respiré profundo y me concentré de un modo que ya conocía bien, el poder del movimiento de metales— Alejense de mi —recité en mi mente y empecé a sentir esa energía vibrando en mi, las ondas de energía eran tan fuertes que no pude seguir sosteniendo mi espada y mi armadura se tenso al instante queriendo desgarrarse, todos los que estaban a mi alrededor cayeron al instante siendo tirados a buena distancia de mi.

—¡Ahora corran! —les grite a los demás he iniciaron a correr la mayoría, excepto por algunos todavía estaban sobre sus caballos cuando lo hice que les tomó más tiempo levantarse.

Me concentré para lanzar una segunda onda de energía, pues nuestros atacantes igual se estaban levantando adelante y a mis lados, debía concentrar mi poder en esas direcciones y no tanto hacía atrás, para no lastimar a nadie, aunque eso me dificultara mantenerme parada.

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Mario Loiyer

—¡Ujun Cofin! —vi que grito una chica, de entre ellos que no fue derribada, mi visión retorno al pasado por unos instantes, ella había sido la que generó ese onda magnética, ella también controlaba los dones de la Nada.

—¡Yo me encargo de ella! —les dije a los demás al darme cuenta que pronto ella volvería a hacerlo, estaba dándoles tiempo para huir.

Me concentré en ella preparando mi propia descarga magnética contra ella, ahora veríamos que tan hábil era ella para dominar la nada.

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Leila Nilli

Inicié a lanzar una segunda ráfaga al escuchar las palabras de ese guerrero, no las comprendía pero me sonaban a algo malo, entonces sentí una segunda onda magnética proveniente de él, al inicio me tiro hacia él y él hacía mi, pero luego pasó lo peor, y la energía nos empujó lejos el uno del otro.

Caí al suelo, fuera quién fuera, parecía que también tenía magia.

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Mario Loiyer

Sabía que estaba usando descargas magnéticas que saltaban entre versiones positivas y negativas rápidamente para alejarnos de ella, así que decidí crear solo de un tipo, cuándo ella lo activo al inicio nuestras energías intentaron juntarnos y luego nos tiraron lejos uno del otro, yo estaba listo para eso y supe exactamente que hacer para no caer, en cambio ella terminó tirada en el suelo caminé mientras ella apenas se levantaba, vi que apunto sus manos hacia mi y mi visión me permitió ver una espada que cruzaría justo por donde yo estaba, entonces me aparte con rapidez esquivándola justo a tiempo, antes de concentrar mi energía hacia esta la espada quedo flotando en medio de nosotros estaba un poco más cerca de ella, pero aún así, con un buen esfuerzo, yo lograba mantenerla estable y se veía que ella se estaba cansando de hacer esto igual que yo.

Continúe caminando hacia la espada y la sujete finalmente pero aún con la espada en mis manos ella jalaba con fuerza para arrebatarmela, entonces decidí que tal vez debía darle lo que deseaba, solté la espada y esta salió disparada hacia ella, pero la chica logró esquivarla, he intento tomar otra de un guerrero que había caído mientras yo desenfunba la 2da espada que tenia en mi espalda, si ella quería pelear, le daría el gusto.