Ya íbamos 3 semanas en el mar abierto desde que abandonamos nuestro último puerto, las velas se agitaban con fuerza por el viento, y el riesgo de que no hubiéramos seguido correctamente la ruta era un riesgo real, yo miraba atrás de nosotros, en el cielo se veía a Istri casi en el horizonte, nunca creí que en serio hubiera algún lugar desde donde tuviera que ver el limite del horizonte para notar ese mundo lejano.
Tras otra semana entera ya Istri no era visible ni en el horizonte, y ya no podíamos aprovecharlo para asegurarnos de íbamos en la dirección correcta, asi que dependíamos del Hari para continuar nuestro camino en el día y de Cahaya y las estrellas para guiarnos en la noche, finalmente una mañana escuché las palabras que tanto esperaba-. ¡Las Islas Darinson ya son visibles en el horizonte! -dichas palabras me emocionaron tanto cuando las oí en la mañana que salí de la cama y corrí hasta el puente sin acordarme que debía vestirme.
Lo que derivo en un momento sumamente incomodo, al estar en ropa interior frente a todos ellos. De hecho, uno intento tocarme y no tuve otra opción que recordarle porque había sido aceptada. Yo podía ser una menor, pero no era indefensa. Volví adentro a vestirme, esto era lo que me disgustaba de que solo fuéramos tres mujeres en la flotilla. Ana y Lila se rieron de mi, ambas eran mayores teniendo treinta y treinta y cinco años respectivamente, para ellas yo solo era una niña que buscaba llamar la atención.
Al salir, varios me observaban asiéndome sentir muy incomoda, nos tomó un par de horas llegar a un puerto que era incluso más grande que el de Niscana, pero la mayoría de embarcaciones eran pequeñas, los 5 barcos de nuestra flotilla eran sumamente grandes incluso en Nicia, mucho más aquí, pero aun con su pequeño tamaño varios de esos buques se veían bastante resistente y con variedad de diseños y decoraciones, otra cosa interesante es que muchos de ellos tenían 2 cascos separados unidos poco por debajo de la cubierta, ese diseño me pareció curioso y extraño a la vez.
Al tocar puerto varios Florjornis se apresuraron a llegar a donde nuestros barcos estaban, en efecto coincidían con las descripciones que me habían dado y de las que siendo más joven había leído, eran seres bajos en promedio llegándome a la cintura, aunque sus brazos eran casi tan largos como los míos, Masiel me acompaño a ver la pequeña ciudad, pues yo no entendía el lenguaje que estos hablaban, pude ver algunos Selvorios también que según Masiel eran comerciantes que venían por plantas y peces que solo se hallaban en estas islas.
Al anochecer, todos los miembros de la expedición fuimos a lo que parecía un templo, increíblemente habían algunos lugares con el tamaño adecuado para que nos sentáramos, y los encargados de este templo realizaron una ceremonia para que sus dioses nos dieran buena fortuna en el viaje a Sumbek, que según lo que Masiel me explico, como siempre traduciéndome todo, era según las tradiciones Flojornis una de las 2 tierras que eran habitadas por gigantes que tenían una altura mayor a la de 2 Florjornis, que según las historias tenían armas y tecnologías como ninguna otra en el mundo, además de a los mejores guerreros de cualquier tierra.
Tres días después abandonamos puerto y bordeamos las islas rumbo al oriente, hacia aquellas tierra que ni siquiera los navegantes florjornis se habían atrevido a habitar, lo que en ese momento no sabía, era que estábamos a al menos otro mes de viaje de llegar a nuestro destino.

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Magia Real
FantasiMagia, un término misterioso, en mis tiempos era común que muchos realizaran asombrosos trucos a los que llamaban de esa forma, me tomó mucho comprender que en su mayoría solo eran trucos visuales, pero a pesar de esa decepción yo sabía que la magia...