31.- Los Aprendices: 1

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Leila Nilli

—¿A dónde me llevas? —pregunté, de alguna manera sentía confianza en el, no mucha, pero más que con los demás carceleros, aunque haber dejado que me vendara los ojos y me enganchara con cadenas, que bloqueaban la totalidad de mis manos, no fue buena idea, para empeorar aunque se oían voces no entendía ninguna oración, esto era imposible.

—Tranquila, ya llegamos —dijo con algo de dificultad, no entendía como el podía aprender mi idioma con tanta facilidad y yo solo sabía decir "Noscri trale cotaia", aunque bueno, tampoco es que el sea perfecto, pues dijo que ya habíamos llegado, pero todavía seguíamos caminando.

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Mario Loiyer

—¿Anen carat mi jarun? —preguntó tras un rato caminando, lamentablemente, como saben, no domino su lengua todavía, mi mente se puso a pensar lentamente en sus palabras, si lo que nuestro intérprete nos dijo era correcto, "Carat" significaba  "dónde" y Jarun "llevas", asi que en supuse que preguntaba a donde la llevaba.

—Tarashi... kendi... dugaru —dije intentando no equivocarme en lo que esperaba decirle, pues aunque algunas frases las tenía bien practicadas armarlas era difícil.

Caminamos otros 20 minutos y finalmente llegamos, le quité el vendaje a Leila, sus ojos estaban mostrando un evidente asombro mientras le quitaba las esposas, abrí la puerta, en ese momento ambos saltaron hacia mi, y yo apenas pude sostenerlos.

—¡Mario al fin vuelves por acá!

—Pensamos que te habías olvidado de nosotros —me dijo la joven Jessy.

—Tiene razón, es muy aburrido estar acá solos —respondió Jerry.

Tal vez si me había excedido en esta ocasión, pues era la primera vez que los dejaba por más de 3 días en mucho tiempo, aunque esta vez tenía una buena razón.

—¿Quién es ella? -—preguntó Jessy al notar a Leila a mi lado.

—Y ¿qué es ella? —añadió Jerry, al parecer era muy evidente que ella no era una Likana, los baje al suelo para estar más cómodo.

—Niños, les presento a Leila Nilli —ella solo sonrió, obviamente no entendía lo que yo decía, pero la reacción de los niños era prioridad.

—Que raro nombre, umm, le queda mejor Lei —dijo Jessy aplaudiéndose a si misma por su éxito en encontrarle un nuevo nombre.

—¿Qué le pasa?, ¿No sabe hablar? —pregunto Jerry al no entender porque ella estaba tan callada.

—Si sabe, solo que viene de muy lejos y habla otro idioma, algo diferente al nuestro —expliqué a los niños.

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Leila Nilli

—¡Mario, noki tiri ocuril! —fueron las primeras palabras que esos niños le dijeron al saltar sobre él, un niño y una niña, que a mis ojos no debían tener mas de 6 años.

La niña continuó diciendo—. Ocole juk trale nacuale lovide di nitle.

Y el niño añadió—. Noflu kimi, cli mix simede ejec sisi somu —esto estaba confirmado, no entendía nada y para empeorar en cualquier momento notarían mi presencia.

—¿Midri cli til? —habló la chica, que fue la primera en verme.

—Wuo, ¿Juk cli til? —añadió el niño, era obvio que sus preguntas eran sobre mi, aunque ninguno me apuntara directamente.

—Colmitengui, dralel julu ra Leila Nilli —les dijo y en base a que me mencionó al final, supongo que esta presentándome.

—Juk lili kilim —respondió la nena sin dejar de mirarme—. Drale yukan nuca Lei —y luego se puso a aplaudir sonriendo, como si hubiera logrado cumplir una gran meta.

—¿Juk drale ocura?, ¿Noscri lascar cancari? —cuestionó el niño.

—Liscri lascar, somun juk beki le mix lashuin wuo cancar uru domi, olo lifecte noki nimli —ya estaba cansada era evidente que hablaban de mi, asi que decidí meterme en la charla.

—¿De qué hablan? —pregunté, ambos niños me miraron como si hubiese emitido sonidos sin sentido.

—Nada importancle —respondió él, otro error en sus palabras—. Te presentu a Jessy y a Jerry, mis ¿niños?

¿Sus niños?, quiere decir ¿Sus hijos o que?, no parece tener edad para tener hijos, o al menos no de esa edad

—¿Tus niños? —pregunté sin entender.

—Colmitengui nosocor crolo juk atuni —les dijo y ambos corrieron adentro—. Sigueme —me dijo ofreciéndome su mano, la tome y camine adentró, se veía un gran domo de gran altura, con barras metálicas que se cruzaban cerca del techo.

Caminamos hasta unos asientos y habían algunas barras metálicas ahi, los niños estaban de espaldas—. ¡Jokan! —gritó tras tirarles dos de las barras, pero ellos ya habían reaccionado antes de que el lo dijera, pues lo oyeron como yo, antes de que pasará realmente ambos detuvieron las barras con sus manos en el aire.

Las tiraron hacia arriba con fuerza y estiraron sus manos hacia estas, sentí el magnetismo que lanzaron, parecían no saber dirijirlo del todo, las barras iniciaron a caer y se clavaron ambas con fuerza en el suelo en medio de ellos, luego Mario les tiro lo que parecían ser 2 discos metálicos grandes, ellos guiaron su magia a nosotros y las detuvieron, aunque obviamente justo después cayeron al suelo.

Entonces caminaron hasta pararse sobre los discos y dejaron sus manos hacia abajo mientras miraban hacia arriba, se escucho el metal tambalearse, y ellos iniciaron a elevarse, se notaba el esfuerzo, de mantener esa sincronización de inversiones magnéticas, se elevaron casi 3 metros, entonces voltearon sus manos hacia arriba y se relajaron, y continuaron elevándose, ahora mantenían una misma polaridad de energía, de modo que se elevaban jalando hacia ellos las barras del techo, habían caído poco más de un metro por el tiempo que les tomo cambiar de posición, pero pronto llegaron a sujetarse de una de esas barras.

Entonces se soltaron y nuevamente bajaron lentamente, hasta llegar de nuevo al suelo y luego se inclinaron dando fin a su mini show, entonces me puse a aplaudirles sorprendida, yo ya tenía 16 años y estaba segura de que eso era más de lo que yo podía hacer, ellos tenían mucho control, lo que impresionaba, Mario se equivocó, la palabra niños no era la correcta, ellos eran sus aprendices y el su maestro.

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Mario Loiyer

Era impresionante lo que habían logrado, después de todo solo tenían 21 años, yo a su edad apenas entendía mis visiones y ellos ya casi  dominan por completo todos los dones de los que se, aunque claro no pienso enseñarles, todavía, los dones de la destrucción y creación, por seguridad, ya practicar el "Mawelin" de este modo era peligroso.

Magia RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora