37.- Niños

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Jessy Niki

—¿Recuerdas a la mujer extraña que trajo Mario hace medio mesem? —le pregunté a mi hermano. Ambos estábamos acostados en el suelo, usando nuestro poder para mantener unas monedas el aire, compitiendo para ver quién podía elevar la mayor cantidad lo más alto posible.

—¿Lei? —cuestionó mientras me pasaba otra moneda de cobre para aumentar mi pila de monedas, la cuál ya me estaba resultando pesada.

—Si, ella, la que parecía mitad otmu —le respondí—. ¿Era muy fuerte verdad?

—No parecía mitad Otmu, no tenía garras. Pero si era fuerte, no cualquiera puede levantarse a si misma, luego para levantarnos, y luego bajarnos de allá arriba y seguir caminando —explicó con una sonrisa—. No me impresiona que luego de bajar no se hubiera levantado hasta que se fueron.

Era verdad, cagar solo diez fatioterias en monedas era bastante cansador, y evitar que se cayeran por salirse de nuestra zona de influencia era difícil.

—¿Crees que Mario sienta algo por ella? —solté.

—¿Qué? Ni siquiera es una Likana, es como estar con cualquier otro animal, con la diferencia de que habla una lengua rara. —me respondió sin dudarlo.

—¿Como puedes decir eso?

—Es la verdad. No es posible que siendo tan distinta sea una Likana.

—Usa un tipo de ropa, los animales comunes no hacen eso. Tal vez no sea una Likana, pero yo creo que es una persona —respondí volteando hacia él y usando mis manos para levantar mi espalda un poco, fue una mala idea pues las monedas que con tanta dificultad había levantado cayeron sobre mi.

—Yo no... —entonces ambos detuvimos nuestra discusión y el dejó caer sus monedas también, tendríamos que pasar un largo rato recogiéndolas.

Un ruido proveniente del futuro, en dirección a la puerta llamó nuestra atención. Por un momento creímos que podía ser Mario, y nos levantamos de golpe para iniciar a levantar las monedas, pero luego lo detuve cuándo pude percibir nuevamente el sonido, alguien tocando la puerta.

—No es Mario —susurró Jerry, y corrimos hacia la puerta, después de todo, si era alguien malo podíamos defendernos. No pasábamos todo el tiempo aquí adentro.

Mire a mi mellizo y el hizo un asentimiento, usamos nuestra don para levantar algunas de las monedas en nuestras manos.

Caminamos sujetando las monedas para usarlas si era necesario y yo abrí la puerta con cuidado.

—Hola niños, ¿me permiten pasar? —habló aquel hombre observándonos, quise observar el futuro para ver si era peligroso, pero al intentar usar mi visión el se desvanecía, no era una sobra detallada, era solo una especie de nube de nada, no lo comprendía ¿por qué no podía verlo?

—¿Cómo te llamas? ¿Quién eres? —pregunté insegura dando un paso al frente.

—Alguien a quien no puedes intimidar con un truco sencillo —nos sonrió, comprendí que algo estaba mal al distinguir una carreta detrás de él y escuchar pasos de otros hombres.

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Otmu.- Mamiferoide omnivoro de la zona central de Sumbek, sus cuerpos son parecidos a los de un oso, pero con patas y garras más largas. En general son arbóreos. Con orejas redondeandas, aceptablemente ágiles.

Fatioteria.- Unidad de medida de peso común en la mayor parte de Sumbek, usada por la especie Likana, solo las poblaciones más norteñas o sureñas no la usan. Equivale a 203.125 gramos, 64 fatioterias equivalen a una Oteria que equivale a 13 kilogramos.

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