Jenny me ayudo a ponerme un vestido simple, que se veía elegante y a la vez era suficientemente cómodo para poder moverme con libertad. Salimos a donde todos ya se divertían, bailando a son de la música que la banda del colegio hacia sonar en todo el lugar. La verdad es que si nuestros profesores los oyeran estarían muy enojados, pues aquí tocan músicas muy distintas a las que tocan en el colegio.
Me estuve turnando para bailar con muchos de los chicos que había, pero entonces me tope con alguién que no esperaba ver.
—Feliz cumpleaños Leila —me dijo tomando mi mano Jik, ¡¿cómo se atrevía a venir a mi fiesta?!
—Vete de aquí —pedí furiosa.
—Leila tranquila no vengo a pelear.
—¡Te dije que te vayas! —le grité y la música paro. Todos se estaban dando cuenta de lo que estaba pasando y nos miraban asustados, escuche la voz de Jenny pero no le preste atención, con fuerza hice que Jik me soltara y eleve mi mano en su dirección.
—¡Vete ¡Ahora!! —le grité nuevamente con toda mi fuerza, y sentí como la energía fluía a través de mi mano, vi que traía un pequeño collar en el cuello.
Mi enojo no me dejaba parar y concentré mi energía como una ondas expulsivas hacia él.
Soltó un grito y movió su mano derecha hacia el pequeño escudo metálico, que era sostenido por su collar he intento separarlo de su cuello. Pues toda la cadena se tensaba lejos de mi, agitándose con fuerza que el apenas resistía, tenía una leve marca en el cuello, lamentablemente la medalla era muy ligera y su mano tenía la fuerza necesaria para sostenerla.
Entonces sentí un fuerte impacto al lado mío que me derribó.
—¡Leila reacciona! —me dijo Jenny sujetándome con fuerza, vi que Jik se fue corriendo aprovechando el momento y yo solo inicié a llorar, sentí como los brazos de mi amiga me rodearon—. ¿No que lo habías superado? —preguntó en tono de broma—. Un poco más y lo hubieras matado.
—Sentí que alguién más la ayudo a alzarme y me llevaron a una habitación.
—Por favor, que su madre no se enteré de esto —oí que pedía Jenny y una voz masculina le respondía de manera afirmativa al parecer era uno de los empleados del lugar—. Te aseguro que yo no lo invité.
—¿Leila esta bien? —preguntó alguién desde la puerta.
—Si Miles, pasa, supongo que sigue enojada con él —sentí unas suaves caricias en mis manos, mientras mi mente rememoraba como me sentí aquel día.
Yo solo era una apuesta para él, era un juguete del que se aprovecharía y luego desecharía eso era lo único que yo le había significado, lo único que yo significaba para todos, solo un juguete, para ellos yo era una anormal.
—Tranquila Leila, se que te lastimó, y han igual que tu quisiera partirle la cara —solté una leve risa—. Pero el no merece tus lágrimas —añadió mientras con su mano limpiaba mi rostro de manera delicada, era extremadamente tierno, me atrevería a decir que parecía el chico perfecto.
¿Por qué no puedo corresponderlo? Por la misma razón que no había perdonado a Jik a pesar de haberlo superado, no me sentía capaz de confiar en sus palabras realmente, todavía no...
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Magia Real
FantezieMagia, un término misterioso, en mis tiempos era común que muchos realizaran asombrosos trucos a los que llamaban de esa forma, me tomó mucho comprender que en su mayoría solo eran trucos visuales, pero a pesar de esa decepción yo sabía que la magia...