18.- Fin del Curso 1ra parte

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Era el primer día de usumali, faltaban solo doce días para que la expedición llegará a la ciudad a reclutar, pero ahora no podía pensar en eso, hoy era un día importante, hoy acababa mi noveno año colegial, el último año de estudio básico y como con todo habían tradiciones importantes con esta fecha.

Mi madre me había estado ayudando con mi vestuario, había enrollado una larga tela blanca a lo largo de mis piernas, desde los pies hacia arriba, tras cruzarse en mis partes bajas, estas telas continuaban cruzandose y tras cubrir mis hombros pasaban hacia mis brazos justo hasta mis manos, donde al llegar a estas la tela se hacia más delgada, esta pasaba entre mis pulgares y el resto de mis dedos, rodeaba mi mano por atrás y se volvía a esconder en la tela de mis palmas.

Luego cubre mi cabeza y cuello con otras telas celestes, color del cielo, que representa la paz que todos buscamos en nuestras vidas y por la que debemos aspirar, dejando solo mis ojos y labios libres.

Luego pinta con delicadeza tanto mis párpados superiores e inferiores, como mis labios de color rojo brillante, color de la sangre en nuestro interior, que representa que somos, de donde venimos y como terminaremos.

Finalmente estoy lista, ella toma mi mano y salimos del vestidor, es incómodo salir asi, con solo estás telas cubriendo mi cuerpo, pronto los demás terminan de ser preparados de igual forma, chicos y chicas por igual.

Finalmente se nos da la señal, cuándo nuestros padres se han retirado y caminamos en fila, sin estar seguros de quién esta adelante y quién atrás, rumbo al pequeño escenario, lo poco que nos diferencia a unos de los otros es nuestra altura o diferencias ligeras en la forma de nuestro cuerpo.

—Hoy celebramos la graduación de estos jóvenes, que a partir del siguiente año Suami-Istriano serán una parte más de nuestra sociedad, según nuestras tradiciones sus cuerpos están cubiertos desde sus pies hasta su último cabello —inicio su discurso el director de nuestra escuela, yo giré mi rostro hacia él.

—Cubiertos para no ser reconocidos por nadie, siendo solo ellos conscientes de quienes son, tal y como muchos parecen ante quién no los conoce, recordando como empezamos todos, como uno más entre miles, que busca demostrar su valía en la sociedad, recordándonos como aunque nuestro aspecto pueda decir mucho de nosotros, la verdadera diferencia no esta en como nos vemos, esta en quiénes somos en nuestro interior —continuó la directora

—También para recordarnos que aunque no siempre lo parezca, tenemos más cosas en común unos con otros, que todo aquello que nos hace diferentes —volvió a hablar él director.

—Mi último consejo para estos jóvenes es, recuerden todo lo que nos une y olviden todo lo que nos separa —completo finalmente, y alzó sus manos.

—Por igualdad que la blancura representa —dijeron ambos directores a la vez, y todos repitieron a la vez—. Por la paz que él celeste representa —sus palabras eran simples pero oir a todos repetirlas nos daba esperanza y apoyo—. Por la sangre que nos mantiene vivos que él rojo representa —ojos y labios rojos por igual en todos—. Qué el gran hari vendiga y alimente la vida de nuestros jóvenes —pidió y como con sus anteriores palabras todos repitieron.

Oficialmente habíamos concluido nuestros estudios básicos, una etapa de nuestras vidas acabada.

Magia RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora