Capítulo 12: No soy un delincuente o violador o asesino.

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Dylan

Para cuando Lydia sale de su cuarto, yo ya calenté en el microondas los waffles que trajo Gina y el café ya está listo en la cafetera.

También tengo dos analgésicos listos en la isla junto a un vaso de agua.

Lydia se sienta frente a mí, con los ojos entrecerrados. Todo el maquillaje que usaba en la noche ya no está en su cara y parece que cepillo su cabello.

Y obviamente no está usando solamente su sostén y sus medias. Trae un pantalón de mezclilla un poco flojo y una sudadera blanca con franjas de colores.

-¡Buenos días! -le sonrío.

Ella pone cara de pocos amigos. Nota los analgésicos y el agua y los señala mirándome, preguntando en silencio si son para ella.

Asiento.

Toma las dos pastillas y las toma junto con todo el vaso de agua.

-¿Qué tal tu noche? ¿Te divertiste?

-En realidad no, gracias por preguntar. -sonríe falsa. -¿Cómo llegué aquí?

-Te trajo tu amiga. Llamó diciendo que estaba en la recepción y el guardia del edificio no la dejaba entrar. Miguel tuvo que bajar por ti para que pudieras subir. 

Lydia suspira y parpadea dejando sus ojos cerrados durante dos segundos. Luego vuelve a mirarme.

-Ok... obviamente estaba muy borracha anoche porque no recuerdo nada y sé que el vestido que traía puesto... no pude habérmelo quitado yo sola si sobria, tardé mil años en abrochar el cierre. ¿Quién ayudó a quitármelo?

Mierda. ¿Miento o no miento? Si miento lo sabrá, soy malo haciéndolo, por eso tuve que contarle a Gina sobre Lydia porque ella sabría si no le estaba diciendo la verdad.

La verdad, aunque sea mala, siempre es mejor. ¿O no? Aunque no es como que el que yo le haya ayudado a que se desvistiera, sea algo malo. Casi no había luz, más que la de afuera del cuarto. Yo no vi nada.

-Pues... yo. -me encojo de hombros.

Ella se pone sus manos tapando su cara, supongo que avergonzada.

-Pero no vi nada... de verdad. La luz estaba apagada, solo bajé el cierre y me fui. -explico rápido.

Vuelve a mirarme, con sus mejillas rosadas. -¿Por qué no... me dejaste dormir con el puesto y ya?

-Te dije que lo hicieras pero me amenazaste.

-¿Te amenacé? -entrecierra sus ojos.

-Si, dijiste que no volverías a ayudarme a lavar mi cabello si no te ayudaba a bajar el cierre. -asiento muchas veces. -Necesito que me ayudes con eso, ya viste el desastre que yo hice.

Se cruza de brazos y pone los ojos en blanco.

-¿No viste nada?

-Nada de nada.

-Ok.

-Ok.

Sigue mirándome con esa mirada enojada así que volteo mi silla de ruedas hacia el microondas para sacar el plato con wafles y los pongo sobre la isla

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Sigue mirándome con esa mirada enojada así que volteo mi silla de ruedas hacia el microondas para sacar el plato con wafles y los pongo sobre la isla.

Ella se levanta y sirve dos tazas de café, pone leche en el suyo y el mío lo deja negro. Pone un par de platos, tenedores y vuelve a sentarse.

-¿De dónde sacaste wafles? Ayer que te dejé pancakes, no estaban estos. -señala los wafles.

-Es porque no había. Me los trajo hace un rato, mi vecina Gina.

-Oh. La vecina amable se llama Gina.

Se sirve un wafle y pone un poco de miel encima.

Al decir "vecina amable" lo dice en un tono extraño.

-Si. Quiere conocerte. Me dijo que vendría esta noche con la cena para que cenemos los tres juntos. Pero si tienes planes...

-No tengo nada que hacer. Mi amiga se va los sábados con su novio así que... estoy libre.

-Genial.

Continuamos desayunando en silencio hasta que...

-¿Y tu te divertiste anoche? Nunca vi a tu novia entre semana visitándote, seguro que ya la extrañabas. -toma otra porción de wafle y le pone mucha más miel que al anterior.

Parece que le gusta mucho el azúcar.

-¿Mi novia?

-Si, la rubia que llegó cuando me fui.

¿Se refiere a Chloe?

-Ella no es mi novia, es mi amiga. -aclaro.

-Pues ella cree que es tu novia. -se ríe.

-No, solo es un poco... no lo sé. Se preocupa mucho por mí.

Lydia levanta una ceja. -¿Qué edad tienes?

-25.

-No eres un niño, ¿por qué tu amiga y tu vecina se preocupan tanto por ti? Ayer esa... Chloe, mirándome con desprecio y ahora tu vecina Gina quiere conocerme.

Niego con la cabeza como si no lo supiera. 

Pero si de verdad Chloe miró a Lydia de esa forma sé que lo hizo por Grace, y Gina... bueno, Gina, fui yo quien la invitó en realidad.

Termina lo último de su café y se levanta a lavar los platos que ensuciamos.

-Bueno, antes de la graaaan cena con tu vecina, necesito ir a ver algunos departamentos que encontré en internet.

-Oh... ok. -pero si solo lleva dos noches aquí. ¿Por qué se quiere ir tan pronto?

*

Pues ella se va y yo como no puedo salir a caminar o hacer otra cosa, me pongo a trabajar. Algunas horas después, Lydia vuelve con un montón de bolsas del supermercado que lleva a la cocina.

-¿Qué es todo esto? -me acerco.
Ella comienza a sacar todo de las bolsas y las pone sobre la isla.

-Mmm... bueno, no corrí con suerte al buscar departamentos, los que fui a ver son una mierda y pues necesito que me dejes quedarme aquí un poco más, así que... traje un poco de comida y así.

-¿Comida? -miro todo lo que trajo del super.  -¿Galletas, papitas, sopas instantáneas, dulces? No me extraña que andes por ahí desmayándote. Esto no te nutre. -tengo muchísimo tiempo que no como comida basura. Desde que aprendí a cocinar no he vuelto a comer nada así.

-También traje frutas y verduras. -saca algunas cosas más que son sanas y lo que debe ir en el refrigerador, lo mete. -y no ando por ahí desmayándome. Nunca me he desmayado.

-Estuviste a punto de estamparte en el suelo de la lavandería.

-Solo me mareé. Y esto no es para comer en vez de comida saludable, es para antojos. A veces me dan ganas de comer papitas o galletas. O si me pongo a ver una película me gusta comer dulces. Tranquilízate, mamá.

Me mira, vengándose por haberla llamado mamá yo primero cuando me mandó a cambiarme la ropa mojada para no enfermarme.

-Ah, no quieres llamarme mamá. -digo.

-Ya lo hice, mamá. -vuelve a burlarse.

-Ok, come toooooda la basura que quieras pero luego no te quejes cuando tus pantalones no te cierren. 

Lydia se ríe. -puedo usar pantalones deportivos. 

-No conseguirás novio nunca.

-¿Tu crees? -se pone pensativa.

Mmhmm. Creo que le di en el clavo.

-Si, los pantalones deportivos no son muy... atractivos. -le meto un poco de drama.

-Debí saberlo antes. Gracias por el dato, conseguiré algunos. -sonríe.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Porque no me interesa conseguir un novio. -lo dice como en un tono de "¿no es obvio?"

-¿Por?

Mete las tres cajas de galletas y las 4 bolsas grandes de papas en las puertas de debajo de la alacena y luego vuelve a mirarme.

-Porque los hombres son idiotas, sin ofender.

-Yo ya te dije que no todos lo son. Yo no me considero idiota. Debe haber más como yo.

Entrecierra sus ojos hacia mí, luego se sienta en un banco junto a la isla, enfrente de mí. -¿Vas a decirme que nunca le has roto el corazón a una mujer?

La imagen de Grace aparece en mi mente.

Miguel siempre me ha dicho que yo no tuve la culpa con lo de Grace, trata de hacerme sentir mejor diciéndome que fue decisión de ella y que nada la hubiera hecho cambiarla.

-¿Lo ves? Lo has hecho.

-No...

-Por favor, ok, dime. ¿Por qué se acabó la relación entre tu última novia y tú? ¿Quién tuvo la culpa? ¿Ella o tu? ¿quién terminó a quién? 

Demasiadas preguntas.

-Ella fue quién me dejó a mí. -espero que mi voz no refleje mi tristeza. Todavía duele.

Lydia frunce el ceño, creo que si se dio cuenta.

-Ah... bueno... lo siento. -se muerde su labio.

-¿Por qué?

-no lo sé, Porque tu novia te dejó... y por generalizar a todos los hombres, pero no me culpes, solo he conocido tipos idiotas a los que no les importan los sentimientos de las mujeres, o lo que piensan.

-No te preocupes. Y... volviendo al tema importante, no hay prisa para que te mudes. Te dije que puedes quedarte el tiempo que necesites.

-Ya sé, pero quisiera tener un lugar para cuando tu... ya sabes, te recuperes y puedas hacer las cosas por ti mismo.

-No hay prisa, Lydia. Incluso pasando el mes, si todavía no encuentras un lugar, puedes seguir aquí. -digo.

Lydia me mira pensativa, intenta decir algo pero cierra la boca un par de veces antes de hablar.

-Es que... -niega con la cabeza y vuelve a callarse.

Creo que sé lo que está pasando por su cabeza. Supongo que por ahora, se siente a salvo al vivir conmigo porque yo no puedo caminar ni mover más que uno de mis brazos, pero si yo pudiera hacer todo eso, sería diferente.

-No soy un delincuente o violador o asesino. Cuando pueda caminar y todo eso, no voy a hacerte nada, si es lo que estás pensando. Aparte, -interrumpo antes de que hable porque ya estaba preparándose para decir algo. -creo que tu patearías mi trasero fácilmente.

-Ah, lo haría. Tenlo por seguro.

-¿Lo ves? Y no tienes que traer nada del supermercado. Ya te dije cuanto gano, ¿no? -no quiero hacerla sentir menos, pero de verdad, el poco dinero que ella saca con sus trabajos de diseño y fotografía, debería ahorrarlo o... malgastarlo como la mayoría de las mujeres.

-Bueno, si me voy a quedar aquí al menos debería darte para la renta...

-No pago renta. El departamento ya es mío. -me encojo de hombros.

-Bueno, debería de darte para pagar el internet o... la luz.

-Nop. -niego con la cabeza.

-Entonces seguiré comprando galletas y comida chatarra.

No voy a vencerla.

-Bien, si con eso vivirás tranquila aquí, puedes comprar toda la comida chatarra que quieras.

Lydia sonríe. -Genial.





Casuality or Causality? (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora