Lydia ha tenido una mala experiencia con el género masculino. Comenzando con su padre que a los trece años las abandonó a ella y a su madre. Y terminando con su último novio. Según ella. No quiere saber nada más acerca de hombres.
Dylan es una pers...
-¡Dios! ¡Qué malas fotografías! -Malva interrumpe a Dylan abriendo la puerta del cuarto de golpe, él se aparta rápido y yo me quedo con las ganas de saber qué es lo que quería decir.
¿muy bonita? ¿Muy fea? ¿muy maquillada? ¿y si parezco payaso?
Me miro en el espejo pero todo está en orden. Creo.
-¿Ya acabaste, Lydia? Necesito buenas fotografías y Miguel no puede sacarlas.
-Si, ya. -tomo una respiración larga.
Creo que cuando estuve tan cerca de Dylan se me olvidó respirar. Mierda, eso no es buena señal.
Después de una pequeña sesión de fotos, nos ponemos en marcha hacia la recepción de la boda. No fuimos a la iglesia porque se nos hizo tarde. Bueno, no se nos hizo tarde, más bien Dylan fingió equivocarse con la hora. Primero había dicho que era a las 5. Luego a las 5 cuando ya íbamos a la iglesia resultó que en realidad era a las 4 y nos la habíamos perdido.
Al llegar al jardín en donde es la fiesta, Malva saca las invitaciones de su bolso. Ella toma una y la otra se la entrega a Dylan.
-Voy a entrar con Miguel como acompañante, tú entras con Lydia. -baja del coche al mismo tiempo que Miguel.
Ahora es Dylan quien se queda inmóvil, como yo cuando estábamos frente a mi casa.
-La cosa con mi mamá fue bien. Estoy segura de que con la tuya será igual. -lo animo para bajarnos del auto y alcanzar a Malva que ni siquiera nos esperó y siguió caminando con Miguel hacia donde está una mujer anotando en una hoja a los invitados que van llegando. -si tu mamá se pone a molestarte, solo... ignórala. Di que sí a todo y ya, de todas formas no puede hacer nada para meterse en tu vida. Mañana regresaremos a Nueva York y todo seguirá normal, puedes seguir ignorando al mundo...
-¿Crees que ignoro al mundo? -me mira con el ceño fruncido.
-Pues... más o menos. Sí.
-De acuerdo. Vamos ya. -quita las llaves y ambos bajamos.
El viento helado golpea mi rostro. Malva me prestó un abrigo para poderlo usar con el vestido y que se viera bien.
Dylan me ofrece su brazo para que yo entrelace el mío. El gesto se me hace bobo, pero Malva está con Miguel de la misma forma y pues termino aceptando el brazo de Dylan.
Alcanzamos a mi amiga y la señora con la lista pide las invitaciones, una ID y nos anota.
Entramos y el jardín es precioso. Las mesas están decoradas con flores rosa pastel y blancas. Hay series de luces decorando,, todavía no se ven muy iluminadas porque todavía no anochece pero de todas formas se ve todo hermoso.
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