Capítulo 47: Fantasma.

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Lydia

-Que quiero casarme contigo. –Responde.

-¿Por qué? –pregunto.

Él debe estar loco o drogado o algo.

-Porque quiero. Porque sí. ¿Tú no quieres?

-No. Digo... si. Bueno... no lo sé. ¡Todavía no me gradúo! –esa propuesta o confesión o lo que sea me tomó por sorpresa. Jamás en mi vida, ni por un segundo he pensado en matrimonio. En boda, en vestidos de novia, en nada relacionado con casarme.

De repente me siento muy nerviosa y él se ve muy fresco y tranquilo. Como si hablar de matrimonio fuera lo mismo que hablar sobre el clima.

-Podemos casarnos cuando te gradúes, si quieres. –besa mi nariz.

-Dylan...

-¿Qué? –suelta una risita como si estuviera burlándose de mí.

-Estás... un poquito loco. –digo amablemente para no decirle que está loco y está diciendo tonterías.

Me incorporo y me siento recargándome en el reposabrazos del sillón y doblo mis piernas, Dylan dobla una de las suyas y se sienta sobre ella, viéndome de frente.

-Somos pareja desde hace... 3 meses... -digo.

-Y... ¿Cuánto tiempo se supone que debe pasar para que yo me dé cuenta de que te amo y que quiero pasar mucho tiempo contigo, hacer planes contigo, verme en un futuro contigo? –toma mis manos

-¿Supongo que... no hay una regla?

-Nop. No la hay. –toma mis manos y se sienta un poco más cerca de mí. –Lydia... antes de conocerte de verdad me había cerrado a todo y a todos. ¿Por qué crees que empecé a trabajar desde aquí? No quería salir, no quería hablar con nadie, ni conocer a nadie... las únicas personas con las que hablaba a parte de mis amigos y Gina, era con el tipo de la cafetería en donde iba a comprar comida. Las pesadillas todos los días sin falta haciéndome recordar lo que pasó estaban haciéndome caer en depresión.

Me mantengo callada porque realmente no sé qué decir.

-Pero entonces apareciste tú y me lanzaste ese carrito de hotdogs... y... volví a la vida, Lydia.

Detengo con mis dedos las lágrimas que comienzan a picar mis ojos. Dylan pasa su mano por mi espalda y me acerca más a él para abrazarme.

-Así que puedes decirme que estoy loco, o que me estoy precipitando pero eso que hiciste inconscientemente por mí, me hace amarte demasiado y me hace querer pasar el resto de mis días contigo. –dice en voz baja y se calla, manteniéndome en un abrazo.

Y mis sollozos son el único ruido que se escucha en el departamento.

-Te amo... -digo cuando mi llanto cesa y me deja hablar. –Y no estás loco y... sería un honor pasar el resto de tus días y mis días contigo.

Me hago hacia atrás para poder encontrarme con su sonrisa. –Entonces estamos de acuerdo. –dice y me besa, su mano acaricia mi mejilla y yo acaricio su cabello. –¿Cuándo vas a dejarme dormir contigo? –susurra entre besos.

Pongo mis manos en sus hombros y lo empujo. -¿Disculpa?

-Dormir, Lydia. Dije DORMIR. Solo quiero dormir contigo. Abrazados. En la misma cama. Nada más que dormir. No te proyectes.

Me río. –Podemos DORMIR juntos hoy solo por ser día de San Valentín. Pero solo hoy.

-¡De acuerdo! –besa mi frente. –Iré por Tobbey al departamento de Gina.

Casuality or Causality? (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora