57. "End up here" -Michael Clifford *ESPECIAL 100K*

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*Narra Michael*

- Venga tío, solo serán un par de horas. Nada más...

- No sé... De verdad que no le veo la gracia a esto de las fiestas de fraternidad.

- Eso es porque te estás convirtiendo en un muermo.

- Calum, escucha mi punto: ¿qué hay de divertido en emborracharse hasta rozar el coma etílico y drogarse hasta que acabas en un baño compadeciéndote con otro que está igual o peor que tú? Yo no lo veo sano.

- Tonterías y más tonterías. Vente solo un poco, amigo. Hay que vivir la vida. Hakuna Matata.

- ¿Hakuna Matata? Que, ya te has tomado algo, ¿no? -asintió y alzó un pulgar-. Joder, es que ya no eres ni capaz de esperarte media hora.

- Que más da joder. ¡Ni que fueses mi madre! -se me quedó mirando fijamente durante unos segundos-. Lo que me recuerda que ella va a estar ahí. Me lo contó, creo que fue ayer, John mientras limpiábamos su coche en el garaje...

Calum siguió hablando; pero yo ya desconecté de su charla. Si ella va a ir tengo que estar yo también sí o sí. Tal vez esta sea mi oportunidad para poder ir a hablarla. Tengo que intentarlo.

- ¿Vienes o no? Tengo prisa hermano.

- Sí. Sí voy.

- Ya lo sabía yo... Venga, te espero abajo en el coche. Como tardes más de diez minutos me voy, ya te he avisado -dice y cierra la puerta y se le escucha tararear mientras avanza por el descansillo del edificio.

Calum y yo nos conocemos desde que los dos entramos en la universidad. Somos compañeros de cuarto. Dio la casualidad de que nada más entrar a la habitación vi una serie de pósters colgados de bandas míticas: Nirvana, All time low, Blink-182... Desde ese momento me sentí como en casa.

Abrí mi armario y decidí ponerme mi clásico atuendo fácil que consistía en un una camiseta de Kurt Cobain, metí mis piernas por los pantalones negros y me puse mis vans también negras.

Revisé mi atuendo en el espejo y me pasé las manos por mi pelo haciendo que se levantase un poco, dejándolo descolocado.

Cogí mi móvil guardándolo en el bolsillo trasero del pantalón. Me eché colonia de esas que las marcas te dan el ciento por ciento de triunfo con las chicas si te la echas. Me parece una tontería, pero es que huele muy bien en realidad. 

Escuché la bocina del todoterreno de Calum. Salí de la casa y cerré la puerta. Bajé las escaleras saltando en algunos tramos. 

-Joder, un poco más y creo que eres una chica. ¿Cómo puedes tardar tanto? 

- Que gracioso eres, Cal. En serio, ¿no escuchas como me río? -le dediqué una mirada con un ápice de sarcasmo. Calum iba conduciendo mientras yo tamborileaba con mis dedos sobre mi rodilla los ritmos de las canciones que iban poniendo por la radio.

-¿Cogistes las llaves?

- Mierda.

- ¡¿No has cogido las putas llaves?!

- Nope.

- Bueno, hoy no tengo el cuerpo para mucha fiesta privada, me entiendes ¿no? -dijo y me dedicó una sonrisilla de esas que saca cuando hace una broma privada-. El otro día estuve con Cassie, ¡madre mía!

- Sí, te entiendo -vi que iba a hablar-. Y no, no necesito detalles.

- De acuerdo, hermano -dijo y encogió los hombros.

Tras unos cinco minutos más de trayecto anunció que habíamos llegado. Nos bajamos del coche y me dio un golpecito en el hombro animándome a entrar.

5 Seconds of Summer ImaginasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora