60. "Te acordarás de mí" -Luke Hemmings.

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[Aviso: este imagina contiene escenas fuertes.]

Avanzo por la solitaria calle observando mi sombra, atenta de que nadie venga siguiéndome y asegurándome de que los ruidos que me rodean no son de pasos de gente.

Puedo sonar paranoica pero desde hace tres meses he recibido amenazas de parte anónima cada seis días y, últimamente, han sido de manera bastante violenta.

Hoy se cumplen seis días desde la última y tengo en alerta todos mis sentidos, los cinco más el extra que todo el mundo dice que tienen las mujeres. Avanzo lo más rápido que puedo, tan rápido como estos malditos tacones me permiten.

Por la mañana al despertarme parecía que iba a hacer un día bastante bueno por lo que decidí ponerme un vestido veraniego y estos tacones; pero a medida que ha ido avanzando el día el cielo se iba oscureciendo y el viento huracanado avisaba tormenta. Y ahora mismo, me estoy helando los huesos.

Recibo un mensaje con el sonido de notificación que le puse al anónimo. Mando a mis piernas dar zancadas más amplias y más grandes e intento ponerme más alerta aún; vuelve a sonar un mensaje y lo vuelvo a ignorar. Llega a sonar cuatro veces, pero las ignoro todas. Sigo avanzando y veo un supermercado abierto, lo veo como un refugio.

Entro y saludo con una sonrisa al dependiente que me lanza una mirada extraña. Avanzo por los pasillos y en uno de los espejos observo mi reflejo; estoy pálida y con la nariz roja debido al frío, mis ojos están super abiertos tipo búho y mi pelo está de todas las maneras menos de la que tendría que estar.

Sigo haciendo tiempo durante media hora y, dado a que soy la única persona en la tienda a parte del cajero, mi teléfono empieza a resonar haciendo eco por las paredes. Sé que es él y de manera estúpida lo cojo.

— Sal de la puta tienda. Ahora -decido no contestar porque eso sería peor-. ¡Contesta joder! Te estoy viendo y quiero ver como sales por esa maldita puerta y sigues andando calle arriba. ¿De acuerdo? - paso mi mirada por la cristalera del local, no hay nadie. Decido asentir y como me ve responde—: Así me gusta, muñeca.

Salgo del local susurrando un silencioso despido del cajero. Ando por la calle, ahora sin la luz de las farolas, de manera suave; sin prisa. Noto una sombra detrás de la mía, demasiado cerca. Saco el móvil y vuelvo a recibir un mensaje: "Ni se te ocurra girarte." Sigo su aviso y no me giro, de manera disimulada marco en el teléfono el número de emergencia del país.

Me lo coloco en la oreja y noto que algo me aplasta y estrella mi teléfono contra el suelo. No me da tiempo a reaccionar cuando él agarra mi pelo y tira de él, situando mi cabeza sobre su hombro. Agacha su cabeza y lo único que puedo ver son unos ojos azules cristalino. Me quedo embobada en ellos hasta que algo tapona mi nariz y siento que me duermo. Cloroformo.

Me despierto con unos movimientos bruscos y unas maldiciones acompañadas del sonido de bocinas de coches. Abro los ojos y lo único que veo es el parabrisas de un coche y las farolas desapareciendo muy deprisa. Intento situarme y cuando lo hago cierro los ojos con fuerza.

— Ya sé que te has despertado -dice mientras pone un intermitente.

Abro los ojos y me encuentro con una de las carreteras nacionales que salen de la ciudad. Hay tráfico. Sería muy fácil para mi si abriese la puerta y me metiese en uno de los coches familiares que hay al lado del que estoy metida.

Estiro mi mano hasta el picaporte y tiro. La puerta está bloqueada, mierda. Escucho una risa y me giro hacia el conductor.

Es un chico rubio de ojos azules. Tiene una sonrisa bonita y sus manos son perfectas. Tiene un dedo entre sus dientes mientras termina de soltar pequeñas risitas.

5 Seconds of Summer ImaginasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora