Capítulo 04 | Payaso

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La mujer frente a mí lee con expresión sería mi documentación. Las manos en mi regazo están sudando, yo estoy sudando.

Ella levanta sus ojos de la carpeta y me sonríe de forma educada.

—Así que, dime Alexia, ¿por qué crees ser la candidata perfecta para desempeñar el rol de niñera? —pregunta.

—Eh, yo... Bueno, me gustan los niños, pienso que es una buena manera de...

—¿Te gustan los niños?

—Sí, yo... soy buena prestándoles atención y cuidando de ellos.

—De acuerdo Alexia, eso no me dice nada, no me da algo de tranquilidad, ¿sabes a lo que me refiero?

Asiento con nerviosismo.

—Tu expediente dice que estás estudiando aún.

—Sí. Estudio Física Nuclear.

Sus ojos se abren de par en par. —¿No crees que eso está muy alejado de lo que hacemos aquí?

—Yo... Bueno, realmente me urge el trabajo.

—Cariño, eres joven, cuidar niños es un trabajo muy delicado y no tienes experiencia en ello.

—Puedo aprender y le aseguro que daré lo mejor de mí y que seré muy cuidadosa, no dejaría que nadie lastimara a un pequeño que esté bajo mi cuidado.

Ella suelta un suspiro.

—De acuerdo —accede—. Voy a darte una oportunidad y comenzaré tu registro, una vez que hayas pasado todas las pruebas, serás agregada al sistema y los clientes verán tu perfil y decidirán si quieren o no contratarte.

Todavía no puedo creer mi suerte y la felicidad se apodera de cada rincón de mi cuerpo; estoy consiguiendo mi primer empleo.

—¿Has entendido? —pregunta, enarcando una ceja.

—Sí, señora Shirley.

—Bien, ahora irás con mi asistente para que ella te de instrucciones de lo que tienes qué hacer, puede que aún tardes en conseguir un lugar, los clientes son algo estrictos en cuanto a contratar los servicios de alguna de nuestras mujeres.

—Ellos... bueno, ¿ellos contratan chicas de mi edad?

—Sí, aunque muchos se inclinan más por mujeres mayores de veinte, supongo que se sienten un poco más seguros dejando a sus hijos con alguien mayor.

Y mi burbuja explota. La felicidad me duró poco.

Después de todo el papeleo, me dan mi credencial y me apresuro a salir de la agencia para ir rápidamente a la parada de autobuses más cercana.

El teléfono vibra en el bolsillo de mi chaqueta, una sonrisa tira de mis labios cuando veo el nombre de Wesley.

—Hola muñeca, ¿qué tal te fue? —suelta la pregunta, sin dejarme hablar siquiera.

—Bien, me aceptaron y ahora ya estoy en el sistema.

—Eso es genial, yo sabía que esa agencia era inteligente y que te aceptarían porque eres una lindura.

Sonrío como boba. Desde que conocí a Wesley, he hecho eso muchas veces, algo que había olvidado por completo, él me empuja a salir de mi cascarón de seguridad y me entiende, es el mejor amigo que una chica pueda tener.

—Eres un tonto —murmuro—. Voy a colgar porque ya estoy por llegar a casa.

—Bien, te espero aquí, ya hice la cena.

La Miel De Tus Labios© |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora