Capítulo 13 | Absolutamente Todo

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—¿A dónde vamos? —pregunta Alexia.

No respondo, aferro el volante un poco más y me concentro en mirar el camino. Por el rabillo del ojo la veo buscar en su pequeño bolso y sacar su teléfono.

—¿Qué estás haciendo? —cuestiono.

—Voy a llamar a Wesley, debo decirle que me fui porque va a estar buscándome como loco —dice, pero antes de que pueda llevarse el teléfono a la oreja, se lo arrebato—. ¿Qué...?

Freno de repente, estacionando en la orilla de la carretera. —Eso es lo mismo que quisiera saber, ¿qué estabas haciendo con esos tipos?

Sus ojos se abren de par en par. —Son mis amigos.

—¿Tus amigos? —inquiero, con sorna.

—Sí, no sé por qué estás tan molesto, ellos son los únicos amigos que tengo en esta ciudad.

—Alexia... son hombres —digo, pero ella solo se encoje de hombros.

—¿Y?

—Cariño, eres demasiado inocente como para darte cuenta que ellos...

—Son pareja, Maximilian —dice, y ahora soy yo quien abre los ojos de par en par.

—¿Qué?

—Sip. Wesley y Shawn son pareja. Ahora, ¿vas a decirme a dónde vamos?

No respondo, si no que me desabrocho el cinturón de seguridad y me inclino hacia ella, capturando su boca en un beso que me deja sin la capacidad de razonamiento porque así son las cosas con Alexia, ella me deja como un completo idiota y apuesto a que ni siquiera se ha percatado de ello.

Su boca se abre permitiendo la entrada a mi lengua que encuentra la suya y gimo ante el roce, el sabor y la sensación de su beso.

Parezco como un maldito náufrago que acaba de encontrar tierra y comida después de días solo en el maldito mar.

—Max —susurra contra mis labios.

Necesito recuperar el control y el hilo de mis pensamientos, necesito hacer algo con esto que crece en mi interior a pasos agigantados, nunca en la vida me había llenado tanto de celos.

Me acomodo nuevamente en el asiento y vuelvo a colocarme el cinturón de seguridad, poniendo el auto en marcha de nuevo.

—Llama a tus amigos, diles que estás bien —digo, entregándole el teléfono y fijando mis ojos y atención a la carretera.

Pienso en lo estúpido que estoy viéndome, en lo idiota que soy, pero es que jamás tuve esta sensación de pánico e ira que se encendió dentro de mí cuando vi a Alexia sonreír feliz y acompañada de dos hombres.

Mantengo la vista en el camino mientras escucho la conversación que mantiene con su amigo a través de la línea telefónica.

—¿A dónde vamos? —vuelve a preguntar, una vez que ha colgado la llamada.

—Ya lo verás.

Doblo en la siguiente salida y conduzco otro trayecto más hasta que visualizo el lugar y sonrío.

Para mi buena suerte, todavía es temprano, lo cual asegura que estamos completamente solos, con el lugar para nosotros.

—¿Sabes montar? —pregunto, mirándola fijamente.

👨💼👨👧🍭

—Esto es muy hermoso —murmura Alexia, mirando todo a su alrededor.

La Miel De Tus Labios© |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora