Capítulo 18 | Opción

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¡Alexia! —el grito infantil me llega desde la distancia.

Un torbellino de cabello rubio entra a la cocina y se impacta contra mí, sonrío, tomando a Angelique en brazos.

La pequeña deposita un beso en mi mejilla y me rodea el cuello con sus bracitos.

—Papá es genial, por fin te contrató —festeja.

—En realidad, no. No la contraté —responde la voz masculina que me eriza los vellos y pone a mi corazón a latir como loco.

—Eres un mentiroso, Maximilian Armstrong, porque si no hubieses contratado a Alexia, ella no estaría aquí —espeta, con un ceño adornando su frente.

—Cariño, Alexia está aquí porque...

—Soy la secretaria de tu papá —interrumpo—, y, además, necesitaba un lugar dónde quedarme porque no tengo casa y como el señor Armstrong es muy bueno, me dijo que podía quedarme aquí —digo.

La sonrisa se borra de su rostro, y no puedo evitar darme cuenta de que he provocado la misma reacción en su atractivo padre.

—Qué mal —se queja, con voz triste—. Creí que eras mi niñera.

—Lo seré, dentro de poco, me convertiré en tu niñera.

—¿De verdad? —su rostro de ilumina nuevamente—. ¿Lo prometes?

—Por supuesto que sí, cariño.

En cuanto el grito del ama de llaves llega hasta nosotros, Angie se aparta de mi y corre hasta el comedor, luciendo su impecable uniforme escolar.

Cuando vuelvo mi atención a Maximilian, él me está observando con ojos repentinamente azules y brillantes.

—¿Solo mi secretaria? —inquiere, con un toque de molestia en su voz—. ¿De verdad, Alexia?, ¿solo eres eso?, ¿mi secretaria?

—Maximilian yo...

—Creí que las cosas habían quedado claras —dice, dando otro paso más hacia a mí.

—Sí. Es... yo...

Apenas tengo tiempo de parpadear, cuando él me arrincona contra la pared de la cocina, sus manos a cada lado de mi cabeza y sus ojos azul grisáceo fijamente sobre los míos.

—Sabes que eres más que mi secretaria —dice, sin dejar de mirarme—. Eres mía, Alexia. Con todo lo que esa palabra implica.

—Max... yo...

—Y quiero que formes parte de mi vida, eso incluye también la vida de mi hija; sé que no puedo pedirte que tomes el papel de madre o madrastra, pero cuando decidiste estar conmigo, sabías perfectamente bien que no era un hombre sin compromisos, sabías que ya había una mujer en mi vida, y esa mujercita es mi hija.

Tratando de calmar el aceleramiento de mis latidos, respiro hondo, llenándome de su fragancia; mis manos se mueven por si solas, deslizándose por su pecho hasta llegar a su rostro.

—Sé que Angie es lo más importante para ti —comienzo—. Y es por eso que pensé que era mejor no decirle. Maximilian, no quiero causar un conflicto entre tu ex esposa y tú, porque, sé que la niña puede decirle a su madre que tú y yo estamos juntos y lo haría sin querer.

Él baja la cabeza, pegando su frente contra la mía. —Jesús, Alexia. Sé que Lindsey puede ser un grano en el trasero, pero no tendría por qué entrometerse en mi vida, cuando la de ella, va de mal en peor.

Permito que sus brazos se muevan y me envuelva en un abrazo.

—Tú también eres importante para mí —susurra, besando la cima de mi cabeza.

La Miel De Tus Labios© |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora