Capítulo 11 | Elegir

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¿Cómo terminé con ella a mi lado? No tengo ni la menor idea, pero esta noche es mejor de lo que en un principio imaginé que sería.

Caminar con ella por el parque está dejándome una experiencia de lo más hermosa, solo una vez he hecho esto, solo una vez me permití ser un imbécil, un tonto al dejar que mis emociones me gobernaran.

Mi matrimonio fracasó porque yo no fui lo suficientemente hombre para manejar a mi mujer; permití que ella se convirtiera en el monstruo que es hoy, en la loca adicta al dinero y al poder.

Pero sé, muy dentro de mí, que Alexia Ryder no es así. Ella es dulce, inocente y me atrevo decir que también es pura. ¿Cómo voy a llenar de mi mierda a una chica así? No puedo ni creo ser capaz de enviarla al vacío.

—Así que, ¿por qué de niñera? —pregunto, mientras caminamos por el parque.

—Necesitaba un empleo para no perder mi techo, así que unos amigos me ayudaron a encontrar ese trabajo.

La sonrisa de Alexia realmente calma y acelera los latidos de mi corazón al mismo tiempo. ¿Cómo se explica ese tipo de reacción? No lo sé.

—¿Y cómo conociste a Kristin?

—De igual forma, por unos amigos en común. Ella me explicó que solo sería un trabajo temporal, pero si debo ser sincera con usted, la paga terminó por convencerme de aceptar el trabajo, aunque solo sea por unos meses, este trabajo me ayudará a mantener un techo sobre mi cabeza.

—¿Qué me dirías si te digo que puedo emplearte por más tiempo? —pregunto.

Ella me mira, con un ceño adornando su frente. —¿Qué quiere decir con eso? ¿Piensa despedir a Kristin? Porque si es así, no puedo... yo no...

—Tranquila, no pienso despedir a Kristin, más bien pensaba en ofrecerte empleo como niñera, mi hija quiere que tú...

—¿Cuidar a Angie? —inquiere, con una sonrisa—. Nada me haría más feliz.

Ah bueno, ahora sí estoy jodido, por un minuto pensé que ella rechazaría la oferta y entonces yo no tendría que pasar por la horrible tortura de tenerla cerca, pero acabo de joderme hasta la inconsciencia.

—Entonces tenemos un trato —digo, intentando no atragantarme con mis propias palabras.

Ella asiente con su cabeza, sus ojos verdes brillando con una intensidad que me provoca un nudo en el estómago y vuelvo a hacerme la pregunta sobre estar volviéndome loco.

Minutos después, me encuentro conduciendo a su casa, con la respiración atorada en mi garganta y las horribles ganas de saltar todos y cada uno de los límites de la ley, empujar más allá de lo que se me está legalmente permitido.

—Es aquí —anuncia Alexia, sacándome de mis pensamientos.

Mis ojos vuelan al edificio y estaciono el auto frente a las puertas de cristal.

—Que tenga buenas noches, señor Armstrong —dice, a modo de despedida, abriendo la puerta y saliendo del auto.

No hago otra cosa más que asentir y quedarme con la mirada fija en ella hasta que entra al edificio y se pierde dentro.

¿Qué diablos estoy haciendo? No puedo continuar de esta manera, no puedo seguir así o voy a terminar perdiendo más que la cordura.

👨💼👨👧🍭

—¿A dónde demonios te fuiste anoche? —cuestiona Braxton, mirándome con evidente enojo.

—A casa —respondo, encogiéndome de hombros.

La Miel De Tus Labios© |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora