El sol todavía no había salido cuando Sasuke, Shisui y Shikaku entraron cabalgando en el patio de armas.
El primero saltó de su caballo antes incluso de que el animal se detuviese del todo.
Tsunade fue a su encuentro en los escalones de la entrada de la fortaleza.
—¿Cómo está? —le preguntó él.
La mujer movió las manos nerviosa, con semblante preocupado.
—Gracias a los dioses que ha vuelto, mi Lord. No sé qué hacer con él. No ha salido de su dormitorio desde el ataque. No es él mismo. No quiere comer. Se pasa el día sentado mirando por la ventana.
Sasuke la cogió por los brazos y la sacudió para evitar que tuviese un ataque de histeria.
—¿Está bien? ¿Está muy malherido?
Los ojos de Tsunade se llenaron de lágrimas.
—La verdad es que no sé qué le hicieron. Cuando recuperó la conciencia se quedó en silencio y se ha negado a que nadie le haga compañía. Ni siquiera confía en mí.
—Iré a verle—dijo Sasuke pasando por su lado.
El miedo se instaló en su pecho a medida que subía los escalones. Y, cuando se detuvo ante la puerta, se dio cuenta de que estaba aterrorizado.
Era una sensación muy extraña y todavía lo era más que estuviese dispuesto a reconocerlo.
Había visto a sus hermanos pasar un auténtico infierno por los donceles que amaban y no se había imaginado a sí mismo sintiendo lo mismo que ellos.
Negó con la cabeza.
Se preocuparía por cualquier doncel que hubiese sido maltratado. Y estaba furioso porque otro hombre se había atrevido a tocar algo que le pertenecía.
Estaba de pie en el pasillo, con la mano en alto ante la puerta, cuando se percató de lo que estaba haciendo.
Bajó la mano y abrió.
Había dado por hecho que encontraría a Naruto durmiendo, sin embargo, cuando miró la cama vio que estaba vacía. De hecho, era como si nadie hubiese dormido en ella recientemente.
Se volvió en busca de su esposo y lo descubrió sentado junto al fuego, con la cabeza apoyada en un costado del sillón.
Sasuke se quedó sin aliento al distinguir los moratones que le cubrían el rostro.
Sólo podía verle de perfil, pero tenía el ojo tan hinchado que era evidente incluso desde la distancia, igual que las marcas de dedos que tenía en la garganta.
Cerró la puerta despacio porque no quería despertarle y cruzó la habitación acercándose a él para observarle con detenimiento.
Por todos los dioses, le habían dado una auténtica paliza.
Cerró los puños de la rabia que sentía.
Naruto parecía tan frágil, tan delicado...
¿Cómo había logrado sobrevivir a tal brutalidad?
Peor aún, ¿qué le habían hecho exactamente?
Se le encogió el estómago al imaginar todo lo que podía haberle pasado.
Tsunade le había dicho que se había encerrado en sí mismo, que no había salido de aquella habitación y que no confiaba en nadie desde el ataque.
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Nunca te enamores de un Uchiha
RandomSasuke Uchiha era un joven temerario y enamoradizo que estuvo a punto ver a su familia destruida por culpa de la traición de una mujer. Por eso ahora antepone siempre la lealtad que siente por los suyos a los deseos de su corazón y accede a casarse...