Naruto se despertó con unas manos en sus caderas y un pene rígido entrando y saliendo de él.
Suspiró sorprendido y parpadeó al notar que el placer se extendía por todo su cuerpo.
Estaba tumbado boca abajo en la cama, con la cabeza ladeada y las piernas colgándole por un costado. Tenía las nalgas ligeramente levantadas y las manos de su esposo sujetándoselas.
Sasuke estaba tras él, penetrándole, hundido en lo más profundo de su cuerpo.
Ni una palabra salió de los labios de Sasuke mientras le poseía una y otra vez.
Esa silenciosa intensidad sólo logró que Naruto se excitase todavía más.
Sasuke era duro, intransigente. El amante dulce y cariñoso de la noche anterior había desaparecido y su lugar lo ocupaba ahora aquel guerrero que únicamente pensaba en satisfacer su propio placer.
El orgasmo, cuando le asaltó, le pilló desprevenido. Sucedió tan de repente y fue tan intenso que se quedó sin aliento y siguió gimiendo tumbado en la cama.
Sasuke le levantó más las caderas y siguió entrando dentro de él una y otra vez.
El placer volvió a nacer en el interior de Naruto y a recorrerle el cuerpo.
Sasuke se inclinó hacia adelante, de modo que Naruto podía sentir todos y cada uno de sus músculos pegados a su espalda. La tensión dominaba el cuerpo de Sasuke mientras se fundía con el de él.
Entonces, le soltó las caderas y le apoyó las palmas de las manos a ambos lados de los hombros.
Naruto se desplomó en la cama y Sasuke tras él, sin dejar de moverse.
Un temblor lo recorrió y de repente se quedó quieto. Su miembro se estremeció y eyaculó.
Naruto le siguió y gimió al notar a Sasuke aún en su interior.
Al terminar, Sasuke se apartó y le dio un beso en el centro de la espalda.
—Duerme —susurró—. Es demasiado temprano para que te despiertes.
Sasuke se levantó y volvió al cabo de un instante con un paño mojado para limpiarle.
Cuando terminó, volvió a acostarle en la cama y le cubrió con las pieles.
Naruto oyó cómo Sasuke se vestía en la oscuridad. Luego echó más leña al fuego y lo avivó hasta asegurarse de que prendía.
Cuando se sintió satisfecho, abandonó en silencio la habitación y le dejó dormir un poco más.
Naruto se acurrucó entre las pieles, sintiendo todavía el cosquilleo de la última posesión de su esposo.
Esta vez, cuando se quedó dormido, fue con una sonrisa en los labios.
*******
—Llegas tarde esta mañana, Sasuke —le dijo Madara al verle entrar en el salón.
Él miró a su hermano, que desayunaba sentado junto al fuego.
—Me han entretenido.
Madara reprimió una sonrisa y asintió.
—Sí, es interesante lo a menudo que le sucede eso a un hombre cuando se casa, ¿no te parece?
—Cállate —le advirtió Sasuke.
Su hermano se puso serio y él se sentó e hizo señas para que le llenasen la copa.
—No voy a quedarme mucho tiempo, Sasuke. Quiero llegar a Kumogakure lo antes posible. Danzo podría aprovechar esta oportunidad y atacarnos durante el viaje. Partimos de nuestras tierras en mitad de la noche y tengo intención de hacer lo mismo ahora.
ESTÁS LEYENDO
Nunca te enamores de un Uchiha
De TodoSasuke Uchiha era un joven temerario y enamoradizo que estuvo a punto ver a su familia destruida por culpa de la traición de una mujer. Por eso ahora antepone siempre la lealtad que siente por los suyos a los deseos de su corazón y accede a casarse...