CUATRO🔑

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Mi nariz dolía y no era para menos ya que estaba siendo vilmente aplastada contra la almohada y todo el peso de mi cabeza, me encontraba tirada boca abajo en mi nueva cama. Hace rato que mi tía me enseño el lugar donde me quedaría, una habitación lo bastante cómoda ni tan grande ni tan pequeña incluso podría hasta acomodarme en una pequeña litera. Son alrededor de las ocho de la noche los amigos de mi primo se habían ido hace dos horas, me gire quedando esta vez boca arriba mirando al techo el cual apenas se distinguía un poco gracias a la luz de la luna. Siendo sincera no tenía sueño así que opte por ir a la cocina en busca de un vaso de agua, Salí de mi habitación tratando de hacer el menor ruido posible para no despertar a los demás. Camine cuesta abajo con cuidado de no salir rodando por las escaleras, busque entre la alacena un vaso limpio para luego verter un poco de agua helada. Gire sobre mis talones quedando frente a la mesa de mármol donde hace horas había almorzado, le di un trago a mi vaso dejando que mis mejillas se llenaran de agua, dejando el agua por un rato más en mi boca antes de tragarlo fruncí mi ceño recordando al chico zanahorias.

Si, así es como le había puesto al mejor amigo de mi primo debido a su cabello teñido de aquel color. De tan solo recordar sus palabras haciéndome sentir una retrasada, esa excesiva confianza con la que hablaba, su cara en total seriedad, tan pulcro y dominante en tan solo mirarlo a los ojos el chico parecía ser la total perfección. Trague el agua de golpe recordando lo que me dijo:

—No crees que sería mejor decirme que no te apetece platicar y ahorrarte la molestia de decir lo primero que venga a tu cabeza dejándote ver aún más tonta con tus respuestas carentes de coherencia.

Y para colmo me dejo con la palabra en la boca. Ni siquiera pude decir nada al respecto dejándole tener la total y absoluta razón. Realmente sabía como hacerte quedar como una tonta. Sacudí mi cabeza con brusquedad para alejar aquel acontecimiento. Subí de nuevo arriba encerrándome de nuevo en mi habitación, metiéndome entre las sabanas de color blanco y acostando mi cabeza en la almohada mirando hacia la ventana la cual estaba abierta, la luna era la única que me hacía compañía esta noche, suspire pensando en mi única amiga y en cómo se la estaría pasando en el Tutelar. Apenas era mi primer día fuera de aquel lugar que de alguna manera me vio crecer la mitad de mi niñez y adolescencia. ¿Cómo estaría Wong? Un anciano de cuarenta años quien era el encargado de limpieza, lo conocí un día cuando un grupo de niñas me encerraron en el armario donde guardaba sus utensilios, desde ese día nos volvimos muy cercanos, ya que solía ser igual que yo una persona reservada y carente de emociones pero cuando se trataba de consejos era el mejor en el tema. Después estaba Taehyung un chico lo bastante alegre y tonto o al menos decía que le gustaba dar esa impresión, lo conocí por casualidad cuando trataba de huir de Mandí, era rara la vez que solía estar con nosotras, obviamente tomando su distancia de mi amiga ya que tenía miedo de que le saltara encima como ya lo había hecho años atrás tratando de obtener un poco de su cabello.

Sin duda éramos tan diferentes pero creo que eso hizo que nos volviéramos tan cercanos, en el caso de Taehyung nos contó que fue a parar al tutelar debido a que el director de su vieja escuela lo odiaba y no era para menos el chaval era todo un vándalo, solía hacer destrozos en clase junto a su grupo de compañeros, dijo que una vez destrozo el auto del director y para colmo descubrieron que se había follado a su esposa en su misma oficina. Así que aparte de expulsarlo tomo reprimenda para que lo encerraran por su mala conducta. En el caso de Mandí fue por culpa de su madrastra que acabara en ese lugar, antes vivía con su padre quien es un importante diputado solían ser solo ellos dos pero dijo que en unas vacaciones su padre llego con una mujer y una chica de su misma edad. Desde ese momento dijo que si vida se volvió un desastre, siempre la culpaba de todo con tal de que su padre la castigara, hasta que un día ella salió de su habitación y vio cómo su madrastra se tiro por las escaleras, su padre llego viendo a la mujer tirada en el piso así que aprovecho para echarle la culpa y como siempre su padre le creyó mas a su esposa. Se hartó de Mandí y pago una buena cantidad para que la encerraran en el tutelar. Aunque ella decía que prefería estar ahí que en su casa.

ENSÉÑAME |JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora