TRECE🔑

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Hola—conteste.

Me podrías decir que hacia espiándome—una voz masculina se escuchó detrás de la llamada—Cerebrito acaso no te enseñaron que es de mala educación no contestar.

No puede ser...

Como era posible que se diera cuenta Ni siquiera estaba atento a lo que estaba a su alrededor incluso me cercioré de que no pudiera verme en ningún momento. Estaba que no me la creía, seguro esta solo jugando me una broma.

Que te hace pensar que ando espiándote—dije con tal naturalidad.

—Aparte de acosadora y maleducada también eres mentirosa—dijo con cierta burla— acaso tu no llevas puesta un polerón color lavanda.

Por inercia mire mi vestimenta "estúpido zanahorias"— y ¿Cómo estas tan seguro de ello?—trate de sonar segura.

—Por el simple hecho que estoy a unos cuantos centímetros de ti y puedo verte perfectamente boba—explico con tono serio.

Gire mi cuello mirando por mi hombro y en efecto él estaba aconchado en el tronco de un árbol mientras me daba una mirada de: "te atrape" y aun así tuvo la osadía de levantar su teléfono y moverlo en el aire en signo de burla. Puse mi cara de incredulidad poniendo los ojos en blanco le dedique una sonrisa forzada imitando su movimiento con el celular indicándole un "vete al carajo" pulse el botón de colgar y así finalicé nuestra llamada, volví a mi estado de antes empezando a caminar sin voltear lo a verlo. Con mis manos metidas en los bolsillos de mi polerón sentí la vibración del celular de nuevo y como si mi cuerpo reaccionara por si solo dándome a entender de quien se trataba opte por ignorar la llamada pero entonces me di cuenta de algo.

¿Como fue que consiguió mi número telefónico?

Sin perder tiempo y antes de que la llamada terminara conteste pegándolo rápido a mi oreja— ¿Cómo obtuviste mi numero?—articule rápidamente.

—ahora si hablas—se burló—cerebrito lamento decirte que eso es algo que prefiero guardármelo.

— ¡Que no escuchaste! Dime quien te dio mi numero—exigí.

—y yo ya te dije que no diré nada, bueno si me disculpas tengo otras cosas que hacer—colgó.

Me quede mirando el teléfono acaso me acaba de dejar con la palabra en la boca maldito orangután, sin más remedio me fui a casa. Entre quitándome los tenis y dejando las llaves en la mesita de centro.

— ¿Jimin eres tu cariño?—una voz provino de las escaleras—Oh Hara eres tú, pensé que eras Jimin—dijo la Tía Sujin atándose la bata de dormir.

—No, lo siento—dije sentándome en el sofá— ¿Acaso Jimin salió?

Mi tía se dejó caer en el otro extremo del sofá soltando aire cansado— Si, salió desde la tarde hecho una furia y hasta ahora no ha vuelto, lo eh llamado incontables veces pero no me contesta e incluso le llame a Jungkook por si estaba con el pero al parecer no ha sabido del él desde la mañana—se froto la cienes.

Nunca que creí que Jimin tuviera esos arranques pero al parecer debía haber pasado algo que lo haya puesto de esa manera, ambas quedamos en silencio y como por arte de magia la puerta fue abierta de golpe asustándonos, dejando ver a Jungkook entrando junto con un Jimin borracho y lleno de golpes en su rostro. Al verlo en ese estado no pude evitar sorprenderme por otra parte la madre de jimin se levantó alarmada yendo hacia Jeon para ayudarlo a llevar a Jimin hasta su habitación.

ENSÉÑAME |JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora