26. Borrón y cuenta nueva (Final)

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Parados frente a la puerta de Bruno Denver Padre, su hijo me otorgó una última mirada. Pablo, Damián y Manolo también esperaban detrás nuestro. Los tres habian desenfundado sus armas.

Bruno Denver Hijo abrió la puerta con paciencia y se adentró en la habitación. Su padre se encontraba de espaldas a la puerta sentado en su silla, mientras miraba por la ventana y fumaba su cigarrillo.

-Se acabó todo padre- dijo Bruno, quien sacó su propia arma. Era completamente azul eléctrica- Jaque Mate.

BDB no lucía sorprendido cuando se volteó hacia nosotros, pero un brillo de ira salpicó sus ojos.

-¿De que hablas, mi hijo?- preguntó con impaciencia.

-Entrégate o tendré que hacerlo- dijo apuntando su arma directo al pecho de su progenitor.

-Bruno, hijo, no sabes lo qué haces- dijo su padre con un extraño tono conciliador.

Antes de que Bruno pudiera hacer algo, le arrebaté el arma a Bruno y la apunté hacia su padre.

-¿Creía que me quedaría sin hacer nada después de lo que le hizo a mi madre?- pregunté, dejando que la ira que había ido acumulando durante todos estos días me llenara.

-La verdad es que no- contestó BDP- No serías un hombre respetable si lo hicieras- dijo, haciéndome enojar incluso más ¿Por qué estaba tan relajado? Cuatro personas lo estaban apuntando con un arma y su hijo acababa de traicionarlo. Mis instintos se dispararon como una punzada helada. Algo iba mal, muy mal.

Titubeé antes de mirar a Bruno, quien lucía algo ofendido por el hecho de que le hubiera quitado su arma. No intentó recuperarla ni me ordenó que lo hiciera y supe que, en el fondo, el sabía que debía hacerlo o no podría dormir en paz.

-Hijo, este joven te ha lavado la cabeza, lo supe desde el momento en el que lo conociste en aquel club de pelea.

Bruno frunció el ceño.

-¿Estabas allí?- preguntó el hijo del mafioso.

-Claro que estaba allí- contestó tu padre- Yo estoy al tanto de todo- dijo y pude ver a Bruno palidecer. Nos había descubierto.

-Pero sé que esto no es cosa tuya, no me harías esto a mi, ¿Verdad?- dijo levantándose- ¿Qué es de un rey si no puede confiar en su Reina? O...en sus torres.

De pronto los tres hombres apuntaron sus armas hacia Bruno y hacia mí. Mierda, nos habían traicionado.

Y nos tenían rodeados.

-¡Esto ha sido cosa mía, siempre lo fue!- gritó Bruno con rabia.

Pude sentir la espalda de Bruno contra la mía. Ambos levantamos las manos y dejé caer su arma.

-Daniel, he dejado que juegues con mi hijo por un tiempo pero, ya no más, quería dejar que pruebes el sabor de la victoria o, la casi victoria, antes de que te conviertas en uno de mis hombres de veras.

-¿De que hablas? Prefiero morir antes que servirle a alguien como vos- escupí.

Bruno Denver Padre sonrió.

-Bien, porque vas a morir en cierta manera- dijo con naturalidad- y antes de que mi hijo intente usar sus- y el Rey golpeó a Bruno en la nuca con tanta fuerza que éste cayó desplomado en el suelo como un muñeco de trapo- truquitos.

¿Sabía también sobre eso? Intenté ir hacia Bruno pero su padre me detuvo.

-Quieto- dijo- llévenselo.

-No lo entiendo- dije- mataron al otro hombre, si todo esto era una farsa, ¿Por qué hacerlo?

Bruno Denver Padre me miró con sorpresa.

-Bueno, Daniel, le disparó a mi hijo. Nadie le dispara a mi hijo- se explicó.

-Y ahora, sobre eso de morir...- dijo y miró a alguien detrás mío.

Una aguja sobre mi cuello y supe que era mi fin.

Todo a mi alrededor empezó a ponerse negro y sentí mi cuerpo desconectarse hasta que todo fue una oscuridad absoluta.

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