1. ¿QUÉ COLOR ES ELLA?

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Teniendo solo cuatro años, todo era nuevo para Leah en ese entonces. Siempre preguntaba el porqué y el cómo de todas las cosas; le gustaba aprender, como a cualquier niño de su edad.

Por ese entonces, era nueva en el jardín de niños. En la actualidad no recuerda con exactitud cuántos días le llevó adaptarse y hacer amigos, muchos sucesos estaban borrosos; cuanto haya sido, para ella, fue una eternidad.

Al final se hizo amiga de la mayoría de las niñas y de algunos niños, incluso de la pequeña a la que todos hacían de lado sin razón durante un tiempo; escapaban a los baños para hablar.

Habían sucedido tantas cosas por esos tiempos que apenas podía contemplarlas en su totalidad por los años. El primer beso de unos, el golpe en el estómago que recibió por parte de un niño y que nadie supo, el golpe accidental que recibió por parte de la maestra con una pelota de tenis, la primera (y de las únicas) confesiones "románticas" que le hicieron, su manipulación hacia el chico que estaba enamorado de una de sus amigas...

Entre esa lista de lo destacado en ese entonces surgió "El juego de las Winx." Como bien es sabido, cualquier niño a esa edad es muy imaginativo; las amigas de Leah y ella no eran la excepción.

Por esos años la castaña no sabía ni siquiera qué eran las Winx, solo seguía el juego con el resto. Sin saber muchos nombres y poderes, cada una se otorgó un color para nombrarse a sí misma. María José era Azul, Estefanía respondía con el nombre de Rosa [...] Leah no tenía un nombre tal cual, pero tenía el poder del hielo y la nieve; tal vez Blanca pudo haber sido.

—¿Qué color será Azeneth? —Preguntó una pequeña María José, refiriéndose a la joven que molestaban—. Yo digo que negro. Es un color feo.

—¡Sí! ¡Y que su habitación sea oscura y con telarañas! ¡Con bichos! —Estefanía, la mejor amiga de Leah en esos años, coreó.

—¡Samantha se robó mis poderes! Yo era hielo y nieve —replicaba Leah, justamente.

—Claro que no. Yo lo dije primero —se defendió la niña. No era así; solo quería tener las mejores cosas, como siempre.

—Bueno. Entonces controlaré el hielo y tú controlarás la nieve. —Samantha estuvo negándose un tiempo, pero aceptó al final.

Juntándose en su mayoría con niños, una joven e inocente Amy a veces las veía pelear por cosas tontas. Se preguntaba cómo podía ser posible que, en ciertos días, las toleraba y, en otros, no.

Los días pasaron y las pequeñas jugaban aquel creativo juego en todos los recreos, a excepción de Amy. Ella no pasaba tanto tiempo con las niñas; solamente no le caían bien la mayoría, principalmente Samantha.

—¿Qué color creen que sea ella? —Les preguntó María José un día a todas mientras comían. La veían fijamente a lo lejos, principalmente Leah y ella. El hablar mucho con esa niña era algo imposible, o eso es lo que muchos recuerdan.

—Verde.

—Morado, duh.

—Amarillo.

—Rojo. —Dijo sin saber la pequeña castaña, haciendo que el resto viese a la implicada con un poco más de intriga. ¿En verdad el rojo era su color? ¿A ella le gustaría siquiera? ¡Ni siquiera jugaba todos los días con ellas, como el resto!

—¡Tendrá el poder de las manzanas! —Alguna dijo, ganándose la "lógica" aprobación de todas las demás. Claro, ¿qué otro poder relacionarías con rojo a los cuatro años? ¿Desastre? ¿Sol? Con esfuerzo te sabías los colores, las letras, frutas, verduras, algunos animales; con suerte aprendías a leer y a escribir desde esa edad.

Mientras el resto hacían comentarios acerca de sus poderes y la historia que tendrían ese día, Leah aún miraba con extrañeza a la otra niña. ¿El rojo la describía? Por un momento, quiso acercarse y hablarle; pero siempre se detenía por alguna u otra razón. Pese a tener a sus nuevas amigas, solía ser muy idiota con la gente nueva.

«Qué misterio, ¿a dónde te vas?
¿Cuántos años tienes? ¿Eres más grande que yo?
¿No lo eres? ¡Entonces soy tu oppa!
(Genial) Tu cara es tan chiquita y bonita.
Te pareces a una ensalada fresca, tan suave.
¿Ya almorzaste? No solo quiero levantarte.
¿Quieres ir a tomar café? ¿Café está bien?

Lindos ojos, linda nariz, eres tan linda.
Solo mirarte me hace feliz;
Pero, ¿de dónde viniste? Eres tan linda.
La flecha de Cupido perforó mi corazón.
De todas maneras, eres una chica bonita.
Cualquier hombre se enamora de ti después de mirarte.
Necesito acercarme a ti antes de que alguien más te tenga,
Voy a morderte primero.

Where Did You Come From?
-BTS.»

ENTRE SECRETOS Y ANHELOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora