20. RELATO

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—No tengo tiempo, no tengo tiempo. ¡Ah! —Se repetía en voz baja Leah frente al computador, lloriqueando. Llevaba más de media hora sentada frente a él, esperando a que la inspiración le llegara por arte de magia, pero no sucedía y solo veía los minutos pasar rápidamente. Era tan malditamente agobiante.

El cumpleaños de Amy estaba a la vuelta de la esquina y la joven no había tenido ni siquiera un poco de tiempo y dinero para poder ir a comprar algo bonito para su amiga hasta apenas un día antes de la fecha. Decidió hacer una historia para ella, pues ese era uno de los regalos que quería hacer; sin embargo no tenía ninguna idea de qué hacer. Todo se le había olvidado y lo que recordaba no parecía lo suficientemente bueno.

—¿¡Por qué son tan difíciles, Jin y JungKook!? ¿¡Ah!? —Se quejó, presionando todas las teclas de su teclado. Estaba molesta y muy desesperada. Quería hacer un relato sobre ellos y del bromance que giraba en torno a su relación, pero quería que fuera realista—. Más bien, ¿por qué yo me preocupo en hacerlos bien, si muchas escritoras de historias sobre ellos no respetan sus personalidades? —Porque quería darle un muy buen regalo a su amiga, así es—. Puta madre. Quiero llorar.

Había tenido solo una idea "buena" y era demasiado larga, como para hacerla en una historia corta. No tenía ni siquiera las 24 horas completas para escribirlo, solo unas cuantas. Estaba entrando en pánico y frustración.

Con la frente apoyada en el frío material de su escritorio, miró cómo su celular se encendía tras haber recibido una notificación de Amino. Tan solo eran unas noticias, posiblemente falsas.

—Desearía tener la creatividad que le inventé a Evan. —Reprochó en bajito y golpeando suavemente la cabeza contra el mueble— Espera... —Levantándose de golpe, entrecerró los ojos hacia la pantalla de la computadora—. Qué pendeja estoy.

Como si la esperanza hubiese renacido nuevamente en su interior, la castaña se enderezó correctamente sobre la silla y se puso en marcha para escribir lo que se le pasaba por la cabeza. ¿Por qué se había bloqueado tanto con esos dos chicos, si bien podía hacerle algo muchísimo más especial a Amy, sabiendo lo importantes que eran Evan y Dominick para su amistad? En verdad era estúpida. Y sí, la adrenalina en ese momento era demasiada.

—Oh, por favor. Ya es muy tarde. —Dijo una vez terminó con su trabajo. Guardó rápidamente el documento y salió corriendo de su alcoba para ir con su abuelo, quien la llevaría a imprimir y a comprar alguna cosa bonita (aunque de último minuto) para su amiga.

Aquella corta narración iba acerca de cómo Doomi se le confesaba a Evan y cómo él evitó durante cierto tiempo el tema, huyendo por diferentes cuestiones, hasta que, por fin, se permitieron ser felices juntos. Leah recuerda cuánto batalló en encontrar una canción que sirviera de base a la trama porque le gustaba mucho el "ambientar" de esa forma; también recuerda el cómo, tal cual, le puso el título de "TE QUIERO" al mismo. Quería ser lo más obvia posible.

Terminó reglándole un nuevo libro titulado "Cumbres borrascosas" (el cual quería leer con ella alguna vez) junto a unas lindas gomas de borrar con diferentes formas y, claramente, la historia. Estaba sumamente nerviosa porque sentía que sus regalos eran muy tontos, a comparación de los que ella le dio en su cumpleaños; pero el último objeto era el más importante, el que más quería que le gustara.

No sabe con exactitud si fue ella la primera en correr a abrazarla o si se quedó congelada a causa de la pena; pero sí sabe lo que sucedió en el salón, tras haberle entregado el regalo.

—Anda, ábrelo. Quiero ver tu reacción —insistía ella. No había pasado toda la tarde del día anterior lloriqueando por nada y, a parte, le alegraba haber sido la única que, aparentemente, había llevado algo para su amiga. Se sentía importante.

—No quiero que me lo quiten, Leah...

—Por favor... —Alargó su súplica—. Deja la bolsa abajo y ve sacando las cosas, ¿sí?

Sin poder negarse ante la necedad de su amiga, la azabache abrió la bolsa desde el suelo y fue sacando las cosas. Se encontró con los mismos objetos antes mencionados, dejando al final la historia.

—Lo escribí para ti. —Dijo con emoción la contraria, externa a las posibles miradas curiosas o maliciosas de sus compañeros que estaban por ahí. La cumpleañera fue leyendo lo que fue escrito para ella con mucha limitación de gestos.

—Es muy lindo. —Susurró al final, cuando terminó de leerlo.

—¡A ver! —Claudio, que se sentaba por esa época frente a Leah, quiso tomar las hojas; pero no le fue posible porque Amy se lo negó.

—No seas metiche. —Lo regañó, antes de acercarse a su amiga y darle un cálido y rápido abrazo—. Me gustó mucho. Gracias.

Claramente a Leah le hubiese gustado que el contacto durara más, pero corrían el riesgo de que un maestro las viese o, simplemente, que el resto de sus compañeros comenzaran a curiosear en los regalos que le dio. No fue precisamente lo que imaginó, pero estaba satisfecha por su reacción.

Ese viernes decidieron salir a ver una película las siete para celebrar el cumpleaños de la joven. Según era una película de terror, pero terminó siendo de comedia para ellas; lo mejor de ir con amigas era el poder hacer bromas tontas y, por supuesto, casi no prestar atención a la filmación a menos que en realidad fuese muy buena.

«Abrázame fuerte, abrázame.
Puedes confiar en mí, puedes confiar en mí,
Puedes confiar en mí.
Llévame tiesamente.
Abrázame fuerte, abrázame.
Puedes confiar en mí, puedes confiar en mí.
Por favor, por favor, por favor tómame y abrázame.

Sigues brillando.
Todavía eres como una perfumada flor.
Ahora confía en mí, abrázame de nuevo.
Así puedo sentirte, abrázame.

Sin ti, no puedo respirar.
No soy nada sin ti.
Abre mi cerrado corazón, empapa a mi corazón.
Así puedo sentirte, abrázame.

Hold Me Tight
-BTS.»

ENTRE SECRETOS Y ANHELOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora