13. PROFESOR

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La amistad de Leah y Amy comenzaba a mejorar muy rápido sin siquiera darse cuenta, llegando al punto en el cual los profesores las buscaban o las ponían en equipo sabiendo la buena interacción que tenían en ese entonces. Las horas en la escuela y las reuniones comenzaron a no ser suficientes para ellas, queriendo pasar más tiempo juntas; así que llegaron a la conclusión de que hacer llamadas todas las tardes sería lo mejor. A veces Leah era quien llamaba, en otras ocasiones era la contraria; pero pasaban horas y horas hablando sobre cualquier tema que se les viniera a la cabeza, cosa que amaba la castaña. Amaba tener a una amiga con la que una conversación nunca se acababa porque comenzaban otra a mitad de ella; libros, series, la escuela, deportes, artistas, animes, gente que les caía mal, vestidos, bailes... Tenían variedad de donde escoger, sí. Eso era fantástico.

—¡Deberíamos de hacer intercambio de libros para San Valentín! ¿Qué les parece? No deben de ser solo nuevos, pueden ser usados y que estén en buen estado —se ofreció en su grupo en determinado momento. Claro que los colados nunca faltaban y terminando participando niñas que no eran amigas cercanas de ninguna porque lo escucharon por ahí.

Leah no recuerda con exactitud si fue Amy a quien le tocó regalar en ese entonces, o si fue a una de las que no conocía muy bien; sin embargo tiene muy en claro que el libro que le regaló ("Dos chicos besándose") fue rechazado. Con desánimo ella a veces ve el libro escondido en su librero, lleno de polvo y algo maltratado. Imagina un sinfín de escenarios que hubieran pasado, si la azabache lo hubiera leído en ese entonces y si ella hubiera puesto aquella notita que había intentado escribir como un intento tonto de confesión; porque sí, había aceptado que esos sentimientos no eran tan solo de una amistad.

—Si mi mamá lo ve, me mata. —Habían sido sus palabras.

Para esas fechas había distintos proyectos escolares, pues se acercaba el fin de año. Estaba la organización para la nueva biblioteca escolar, el imitador de programa para televisión de artes y tecnología y una obra de teatro que se presentaría para tutoría. Para la gran suerte de las amigas, formaban equipos para todas las actividades y eso significaba pasar tiempo extra con la otra haciendo cualquier otra cosa que no fuese estar en la escuela.

La obra de teatro fue, sin duda, una de las mejores cosas que hicieron para la secundaria. La historia se basaba en una clase de club de estudio en una escuela donde asistían hijos de personas importantes y a la cual termina ingresando una joven becada que rompe un jarrón muy costoso, quedando en deuda con la institución y teniendo que participar en el siguiente concurso del club para ganar. Muchos estudiantes del salón participaron: Leah, Amy, Erika, Alexis, Ana, Abril, Sídney, Manuel y Anapaula. Tuvieron que obtener ropa que luciera costosa, escenografía, música... Fue un largo proceso, pero el resultado fue muy bueno. Leah y Amy interpretaban el papel de unas gemelas que hacían todo al mismo tiempo, incluso el hablar; para entrar en el personaje implicó estar mucho tiempo juntas y, como extra, se tomaban del brazo o se abrazaban de vez en cuando.

Para el programa de televisión el equipo de ellas dos, Berenice, Ana y Sídney tenían diferentes actividades: un comercial, la sección de libros y la interpretación de un baile. Leah no participó en el comercial, pues en eso aparecieron otras compañeras; para la sección de libros participó con Sídney, diciendo las nuevas películas basadas en sagas o dando recomendaciones para la semana; el baile ha sido de los recuerdos más vivaces que hay en las memorias de ambas.

La canción era de las mismas que habían estado ensayando desde hacía tiempo e incluso hicieron una coreografía secundaria para Sídney y Berenice. La letra hablaba de una amistad entre un maestro y un estudiante, de cómo se alejaron a causa de la muerte del hermano mayor del joven; sin embargo, gracias a la coreografía y a la traducción, se dio un mensaje completamente diferente al que se esperaba. Algunos pensaron que era una clase de amistad amor-odio entre aquellos dos que, con el tiempo, daba lugar a un hermoso noviazgo. Un noviazgo entre Amy y Leah.

—¡Oye, Amy! ¿Te gusta tu profesor? —Preguntaban a veces a la azabache, quien interpretaba al estudiante. La otra chica nunca se enteró de los rumores que habían surgido entre sus compañeros; pero, sin duda, el haberlos negado hubiese sido algo difícil. A ella le encantaría tener una relación con su amiga.

Con lo que la castaña estaba eternamente agradecida era la época de los ensayos en el parque o en la casa de sus amigas. Ver bailar a Amy, compartir pasos con ella, hacer corajes porque Berenice y Sídney no se aprendían los pasos o no se coordinaban, escoger la ropa que usarían, ver a Amy con la ropa que se escogió. Sí, definitivamente la última y la primera eran las mejores cosas de los ensayos.

Cómo siempre sonreía y coqueteaba con la cámara que las grababa, observar cómo ella se movía en cada paso, cómo se despeinaba a causa del viento, el cómo la pequeña falda de colegiala se elevaba un poco en los giros y le dejaba ver cada vez más sus piernas. Y sí, también era principalmente la última y la primera cosa lo mejor.

«Digan si les gusta su profesor
(Sí, sí, sí, sí, sí.)
El alumno que su mano no levantó,
Quedará en detención.

Como a un niño tú siempre me ves,
Aunque no me importa si me observas.
Yo no soy muy diferente a ti;
Es porque un adulto soy, supongo.

Peleas sin sentido, sin ninguna razón,
No soy un niño, así que ya no me subestimes.

No pienso mucho en hallar la solución,
Tan solo lo hago y ya, ¿ves?

¿Les agrada a ustedes su profesor?
(Sí, sí, sí, sí, sí.)
El alumno que su mano no levantó,
Quedará en detención.

Profe, ¡no me agrada!
Usted y yo nunca amigos podremos ser.
Pero, si admitiré, por mayoría me ganó.
Profe, si es tan genial,
Esa tarea que no he presentado,
Como antes solías hacer, 
ayúdame a resolverla.

Inokori Sensei
-HoneyWorks.»

ENTRE SECRETOS Y ANHELOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora