(Zoe)
-¿A dónde vamos?-Pregunte confusa.
Enzo me estaba guiando con su brazo sobre mis hombros. Él estaba sonriendo con demasiada naturalidad, como si hubiéramos estado así durante años.
-Ya que hemos disfrutado de media cita en un internado para hombre. Ahora disfrutemos de una cita de verdad.
-¡Todo porque fui atrapada por esas personas! –me queje.
-No te preocupes. Ya no te voy a poner en una situación así.
No sé si era sus palabras o su manera de decirlo, pero hacia que quisiera empezar a confiar en él. Pero no puedo caer ante él nunca más.
Saldré con Enzo por venganza. Al igual que él jugo con los sentimientos de mi hermano y luego los tiro a la basura sin mirar atrás. Yo también jugare con los suyos y los tirare. Ojo por ojo, diente por diente. Esa será una manera de la que de poderme vengar por Nolan. Le voy a hacer sentir al menos un poco de la agonía que Nolan sintió y siente, me prometí a mí misma.
Estuvimos paseando hasta la parte rica de la ciudad y me hizo parar delante de una tienda de ropa que nada más entrar cuatro dependientas corrieron hasta nosotras y dijeron a coro.
-Bienvenido señorito Anderson –dijeron llamándole por su apellido.
-Ellas saben tu nombre –le susurre sorprendida.
-Eso es debido a que soy habitual en esta tienda-dijo susurrándome antes de dirigirse a las dependientas- hemos venido a comprar ropa que le queden bien a mi chica.
-¿Qué? –pregunte atónita.
Enzo solo asintió y se sentó en un sofá cerca de los probadores. Esperaba que le hiciera un pase de modelos. Mientras las dependientas me enseñaban vestidos de diferentes formas y colores, asegurándome que me quedarían bien.
Nada mirar la etiqueta de uno de ellos, me sentí palidecer. Costaba tanto como el sueldo de mis padres. Era carísimo.
-No necesito esto –dije girándome a Enzo.
-Pues déjame elegir algo para ti –dijo levantándose para ir a los percheros y mirar la ropa.
Le dije que no hacía falta, que no lo necesitaba, pero no me hizo ni caso. Solo se dirigió a mi cuando había encontrado un vestido de flores que le había gustado.
-He elegido este porque te va a favorecer y este a la moda. Empieza a probarte este.
Las chicas me sonreían y me señalaban los probadores.
El sentido de la moda de Enzo y que me haya traído aquí, que todas le conozcan, es como si hubiese traído aquí a muchas otras chicas.
-No necesito algo como esto –dije enfadada el vestido a Enzo- No sé a cuantas chicas les has hecho felices comprándoles ropas caras, pero no seré una más.
-¿Celosa? –pregunto con media sonrisa.
-¿Quién esta celosa? –Pregunte sonrojándome- ¿Sabes qué? Me voy de aquí.
-Supongo que no tengo otra opción –dijo cogiéndome en volandas.
-Suéltame –me queje.
-El día aún no ha terminado –dijo caminando de vuelta a la tiendo y entrando conmigo al probador.
Cerro con la puerta con pestillo y cubriendo la puerta.
-Este lugar lo suelo visitar porque a mi hermana le encanta esta marca. No por nada más.
-¿Por qué me dices eso? –pregunte desviando la mirada.
-Por si hubiera algún malentendido –sabía que era porque me creía celosa de las otras chicas- ahora pruébatelo.
-En vez de eso. Quiero salir de aquí –dije queriendo rodearle.
-Aun no –dijo encerrándome contra la pared entre sus brazos mirándome fijamente- Quítate la ropa.
-¿Qué?
-¿Quieres cambiarte por ti misma? ¿O prefieres que lo haga por ti?
-He dicho que voy a fuera –pero me ignoro y me cogió por el borde de la camiseta queriendo quitármela, pero se lo impedí- ¿Qué estás haciendo?
-Si no te lo vas a poner, lo hare yo por ti.
-¿Con el consentimiento de quién? –levante la mano para darle una bofetada pero me agarro de la muñeca.
-Usando de nuevo la fuerza... ¿Qué deberíamos hacer? –dijo insistiendo en el intento de quitarme la ropa.
-Está bien, me lo voy a poner. Pero no contigo aquí, sal –dije empujándole.
-Entonces esperare fuera –dijo sonriendo, porque se había salido con la suya, antes de salir.
Realmente no puedo soportar a este tío. No sé si hice bien en aceptar salir con él. Tal vez debería dejarle... ya no sabía ni quehacer ni pensar.
Además es un vestido caro. No creo que sea adecuado aceptarlo. Pensé mirándome al espejo del probador, una vez lo tenía puesto.
Salí del probador encontrándome con que estaba abrazado amistosamente a una chica, como si la conociera de toda la vida. Que nada más verme pregunto a Enzo que quien era yo y este se quedó callado.
-Se parece al idiota que me dijiste.
-¿Idiota? –pregunte mirando a Enzo.
-Como se nota que no tienes clase. Esos zapatos de pobre... -dijo mirándome de arriba abajo, por encima del hombro- que vulgar.
-Y tu una mal educada –le conteste enfadada.
La chica hirvió de ira y se lanzó contra mí, agarrándome del pelo. Yo no me quede atrás e hice lo mismo que ella.
Cuando la chica me iba a dar un puñetazo entonces Enzo se levantó y agarro su muñeca impidiéndoselo, nos separó.
-¿Pero qué haces? –le pregunto la chica.
-Hermana, no pienso permitir que toques a mi novia ¿queda claro? –lo dijo mientras me rodeaba con su brazo apretándome contra él.
Así que era la hermana de Enzo... la pobre se quedó parada, sin saber que decir y con ira en los ojos. Sabía que cuando me volviera a ver habría pelea. No había sido la mejor presentación que podríamos haber tenido
Dicho eso pago el vestido, me guio hasta la salida y pedimos un taxi. Le di una dirección falsa, para que me dejara, aunque el pareció sospechar.
-Bueno, pues adiós –dije abriendo la puerta del coche.
-Espera –rápidamente me cogió del mentón y me planto un beso en la comisura de los labios- Te veo la próxima semana.
Salí del taxi y espere a que él desapareciera para irme.
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Zoe
RomanceDe alguna manera acabe estudiando en un internado masculino, disfrazada como mi hermano, para averiguar qué era lo que había llevado a mi hermano a querer suicidarse.