Capítulo 10

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(Zoe)


Me iba a vengar de todos aquellos que le hicieron esas cosas a Nolan. Empezaría por Enzo. Él ha sido el principal culpable de todo esto. Me voy a tomar mi venganza contra Enzo de manera que él sufra tanto como lo ha hecho Nolan.

Después de bajar de la azotea fui a recoger la ropa que Mónica me había prestado para tener una excusa para volver.

No tardo nada en abrirme la puerta.

-¿Te han hecho algo? Te ves triste –me dijo nada más verme.

-No, no es eso –dije mientras le daba la ropa- yo quería hablar contigo. Voy a hacerlo, me voy a vengar de Enzo.

-¿Qué? –pregunto confusa.

-Por ti, Mónica, voy a vengarme de Enzo.

Y por Nolan. Mónica, tu solo eres una excusa para mi mente. Algo a que echarle la culpa si sale mal.

De repente Mónica me abrazo, sorprendiéndome.

-Gracias Nolan –dijo contra mi pecho.

-Mónica –dije acabando el abrazo. No quería que descubriera las vendas que me oprimen los pechos

-De ahora en adelante te estaré apoyare, con todo lo que pueda –me dijo mirándome fijamente.

-Estoy bien. Puedo hacerlo solo, no te preocupes –conteste.

Después de un rato me tuve que ir ya que se me hacía tarde. Volví a la habitación.

No había nadie cuando llegue. Como era muy tarde para hacer nada me puse cómoda y me dedique a hacer deberes. No quería bajar la media de notas de Nolan.

Estaba totalmente concentrada cuando Shaun entro al cuarto.

-¡Oh! No te has escondido –dijo al verme.

-Ya dije que no me voy a ir. No voy a dejar el internado –dije sin apartar la vista de los libros.

-¿Entonces por qué de repente saliste del campus? No irías a ver a esa perra ¿verdad? –podía notar su enfado en el tono.

Tanto insulto contra mi hizo que me girara y le mirara fijamente.

-¿Puede ser que a ti te guste esa chica? –pregunte para tomarle el pelo.

-¿Qu...? ¿Qué? –Tartamudeaba nervioso- ¡¿Estás loco?! ¿Por qué yo...? ¡ESA PUTA!

-Estas reaccionando de forma muy exagerada –dije aguantándome la risa mientras me levantaba y me acercaba a él para ponerle más nervioso.

-Es...Es... Aunque he visto su cuerpo desnudo. Esa perra me dio en la cara. ¡Es una criminal! –dijo alterado.

-Desnuda –dije haciéndome la tonta- ¿Estás pensando mucho en su cuerpo desnudo, Shaun? Eres un pervertido.

-¿Qué? –pregunto fuera de sí.

-Eres un pervertido, cada vez que hablas de esa chica tu cara se te pone roja. Como un tomate.

-Serás... -dijo enfadado entre dientes.

Se lanzó contra mi haciendo que cayéramos los dos sobre la cama. Quedando él sobre mí. Intente empujarle para sacármelo de encima pero acabo cogiéndome las manos poniendo una a cada lado de la cabeza.

-¿Quién es el pervertido?

-Tú ¿No ves lo sensible que estas?

Forcejee para intentar soltarme pero Shaun paro de golpe el forcejeo acercando su cara a la mía. Se puso rojo de golpe y se separó de mí. Dejándome libre.

-De todos modos, si dices otra vez algo como eso estás muerto –me amenazo.

-Entonces, Shaun, a partir de ahora no me hables de esa chica delante de mí ¿entendido?

Shaun se fue a su cama rechistando. Yo recogí los libros y me tumbe, era demasiado tarde como para concentrarme en hacer más deberes.

Realmente me enfadas, Shaun. Desde la primera vez que nos vimos. Pensaba mirándole mientras me echaba en la cama. Mira voy a dejar de ser el pringado y definitivamente te acabare convirtiendo en mi esclavo. Tenlo por seguro.

Paso la noche de forma tranquila, para variar, y como me levante antes que Shaun me pude duchar tranquila y para cuando estuve lista Shaun también. Por lo que fuimos juntos a clase. Además aún sigue emperrado en seguirme para controlarme.

-¿Hoy que te deparara la clase? –pregunto riéndose de mí.

Me adelanto sin esperar una respuesta mía.

-Solo mira, capullo –susurre.

Según iba caminando vi un grupo de gente mirando algo que yo no alcanzaba a ver. Cuando estuve lo suficientemente cerca mi di cuenta de que eran mis compañeros de clase. ¿Qué estará pasando ahora? ¿Qué putada tienen preparada?

Me acerque lentamente. Entonces un compañero de clase se giró y me vio.

-¡Hey! El protagonista está aquí –dijo con cachondeo- ¿esto es tuyo, verdad?

Lo que provoco que todo se girara a mirarme. Ignorando sus risas y cuchicheos me seguí acercando para ver que era esta vez.

Enseguida vi mi mesa y silla fuera.

-Es mi mesa –Dije sorprendida de la estupidez humana.

Todos empezaron a entrar cuando el timbre sonó. No pude evitar escuchar comentarios riéndose de mí.

-Ahora puedes tomar las clases desde aquí fuera. Seguro que te pones hasta moreno.

-Tu mesa tiene prohibido la entrada a la case. Jodete.

Entre con toda intención de poner, al que lo haya hecho, en su sitio.

-Si quieres aprender aquí, ve y siéntate en el suelo, en esa esquina –dijo Alan poniéndose en mi camino, junto con sus dos amigos a la espalda. Mientras me señalaba la esquina del fondo de la clase, junto a la basura.

-Yo no quiero hacer solo eso –dije desafiándole con la mirada.

-¿Qué? –balbuceo confuso.

Sin decir nada más agarre la mesa de Alan.

-¿Qué estás haciendo con mi mesa? ¡Déjala! –me ordeno furioso mientras se volvía a poner en medio.

-Muévete –ordene yo. Al no moverse le di una patada en los huevos dejándolo en el suelo.

-Hey ¿Por qué os quedáis mirando? –pregunto Alan a sus amigos.

Se lanzaron contra mí pero ya no me deje golpear. Me defendí golpeándoles con las patas de la mesa y dando patadas. Los demás de clase se hicieron a un lado.

-Si alguien intenta detenerme acabara como ellos –dije cuando tuve a los dos amigos de Alan en el suelo.

Todos me dejaron el camino libre. Me acerque con la mesa a la ventana y la lance. Y a esa le siguieron todas las demás y todas las sillas.

ZoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora