<<Las partes más importantes de una película son el principio y el final; lo malo de la vida es que no recordamos ninguna de las dos >>
JUAN IGNACIO
____ se retorció los dedos al tiempo que desviaba la mirada hacia sus pies, avergonzada. La muchacha se había preparado mentalmente para reconocer su falta ante Marco, pero definitivamente no había previsto que el rubio pudiera adelantársele.
Sí, estaba perdidamente enamorada de Portgas D Ace, pero en ningún momento había tenido intenciones de dañar los sentimientos de Marco. Al fin y al cabo, también lo había querido hasta hacía no mucho, y aunque la chispa de ahora ya no era la misma llama que antes alimentaba los latidos de su corazón, el gran aprecio que le profesaba no había desaparecido ni lo más mínimo. De hecho, si había algo que temía la muchacha, era que Marco no entendiera sus sentimientos.
Marco también rehuía los ojos de la joven, su mirada paseando por los estantes vacíos del salón, los mismos que una vez habían llegado a estar repletos de fotos, libros y algunas cuantas medallas. El recordar lo pesado que había sido empaquetarlo todo en las múltiples cajas que había dispersas por el suelo lo hicieron suspirar, y aunque era consciente de lo incómoda que se sentía su invitada, volvió a dirigirse hacia ella.
-- Sé que lo has mantenido en secreto para no poner mis sentimientos entre la espada y la pared -- continuó al tiempo que trataba de esbozar una sonrisa tranquila --, pero reconozco que me ha molestado el que no me lo comentaras antes... Ace es mi amigo, ¿sabes?
-- Lo siento mucho, Marco -- murmuró ella, las lágrimas amenazando con cruzar la frontera de sus ojos. Sentía que había traicionado su confianza, y detestaba aquello.
El rubio negó con la cabeza y le colocó una mano amiga en la rodilla: era cierto que estaba molesto con ella, pero no esperaba que la muchacha pudiera llegar al borde del llanto. De hecho, el propio Marco sabía que tenía parte de culpa: había estado tan centrado en sus entrenamientos que apenas había podido hablar y salir con su novia. Por no hablar de lo difícil que le resultaba poder sorprenderla fuera de fechas de exámenes.
-- ¿Cuándo te lo ha contado? -- consiguió decir ella cuando el tacto de la mano del rubio sobre su pierna logró calmarla. Estaba confundida; no entendía por qué Ace había sido tan idiota.
-- El día en que fuisteis a verme jugar contra los Piratas de Barbanegra. Para ser sincero, yo ya lo sabía...
El súbito alivio que sintió ____ en el pecho fue indescriptible, pero por otro lado, ya no sabía de qué hablaban exactamente. Marco se rascó la nuca, nervioso.
-- ¿Cómo? -- logró preguntar.
Marco suspiró y se recostó en el respaldo del sofá.
-- Bueno..., Ace está en una etapa en la que piensa que el mundo es su enemigo. Nada lo motiva. Ni si quiera el baloncesto -- entonces sus ojos se clavaron en los de la muchacha --. Pero cuando se trata de ti, es capaz de todo.
____ no pudo evitar sentir un hormigueo en el estómago. Escuchar aquellas palabras de Marco le daban mucha más confianza que las insinuantes provocaciones de Nami.
-- De hecho, me pregunto cuándo empezó todo... -- sonrió Marco --. ¿Recuerdas la fiesta de bienvenida que le hicimos...?
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𝐄𝐥 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐚𝐦𝐢𝐠𝐨 [Ace x Lectora]
AléatoireEl destino de Portgas D Ace no era otro que el de convertirse en el mejor alero de la NBA, aquello era algo que el muchacho sabía muy bien. Sus habilidades, carisma y atractivo lo habían convertido en uno de los estudiantes más influyentes y deseado...