CAPÍTULO 32

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《No eres un monstruo; eres humano y solo has cometido un par de errores.》
MOTHER MOTHER

Las manos de Ace recorrieron lentamente la piel desnuda de la espada de ____, esquivando la tela del vestido que obstaculizaba su camino

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Las manos de Ace recorrieron lentamente la piel desnuda de la espada de ____, esquivando la tela del vestido que obstaculizaba su camino. Sus labios buscaban el agradable tacto de los de ella, provocando el inevitable despertar de aquel salvaje sentimiento que había luchado por aplacar durante tanto tiempo. 

Profundizó el gesto al tiempo que la estrechaba contra su cuerpo, rodeándole la espalda con los brazos y procurando que su corazón descompasado no se le saliese del pecho. El muchacho se aventuró a abrir los ojos un poco, lo suficiente como para comprobar que aquel momento con el que había estado soñando tanto tiempo no se trataba de una ilusión, y le reconfortó encontrarse con los tímidos arreboles que avivaban las mejillas de ____.

Ella, por su parte, debía reconocer que no se encontraba precisamente relajada: su piel respondía inmediatamente al tacto de las manos de Ace, erizándose. Se sentía irremediablemente torpe tratando de seguir el ritmo del insinuante baile que dictaba la lengua del pecoso, y por si fuera poco, se sentía traicionada por su propio cuerpo, que no había dudado en poner de manifiesto su evidente nerviosismo tiñendo sus mejillas del rojo más intenso.

Se aferraba a su cuello, inquieta, tratando de mantener las manos ocupadas para aplacar el cóctel de emociones que comenzaban a aglomerarse en una parte de ella que creía inexpugnable. Le parecía irónico que, a pesar de haberse esforzado tanto por ir siempre un paso por delante del pecoso, se encontrase a su merced en aquellos instantes. Entonces recordó las palabras de Nami y Nojiko, las mismas advertencias que había recibido por parte de tanta gente desde que había empezado a tener sentimientos por el mayor de los D.

Estaba visto que Ace no era ningún novato en la materia: lo supo cuando cayó en la cuenta de que, a pesar de que el muchacho estaba esforzándose por ir despacio, la profundidad de sus actos y la forma en que sus pulgares le acariciaban la espalda estaban poniendo sus sentimientos a flor de piel. Sí, la experiencia de Ace era evidente, y ____ no tardó en preguntarse cuántas chicas habría tenido entre sus brazos antes que ella.

Apartó esos pensamientos de su mente, archivándolos rápidamente en el cajón de preguntas a las que pensaba dar respuesta tarde o temprano, y enterró los dedos en la suavidad de su pelo mientras luchaba por hacerse con el control del compás que marcaban sus labios.

Ace espiró sonoramente por la nariz antes de desatender la boca de la joven para dirigir sus mimos al espacio que delineaban el cuello y la mandíbula de la chica, atacando con especial detenimiento la piel que se extendía justo bajo el lóbulo de su oreja. Casi se sintió halagado cuando recibió un débil gemido en respuesta de ____, y el nombre del pecoso se perdió gradualmente en el súbito silencio que se instaló entre ellos. Se obligó a hacer una pausa, más por el inminente estado de su entrepierna que por el abochorno que abanicaban las mejillas de la joven, y se aventuró a separarse un tanto de ella solo para estudiar el desastre que era ahora su expresión.

𝐄𝐥 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐚𝐦𝐢𝐠𝐨 [Ace x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora