Jacob
Estaba mirándome al espejo. Levaba un traje negro, y el pelo bien peinado hacia atrás. Di un suspiro. Diez meses o incluso un año junto a Jennifer es una porquería. ¿Por qué tengo que pasármela mal?
—¿Estás bien o solo nervioso? —Daniel se sentó en mi cama—. Yo te cuidaré muy bien tu apartamento si es eso lo que te preocupa —dijo con una sonrisa.
—Si cuidar mi apartamento te refiere a traer mujeres y hacer fiestas te aseguro que no estaré tranquilo —Tomé mis maletas—. Ahora ayúdame a llevar estas maletas a tu auto, tengo que irme al aeropuerto.
—Sí, señor. Recuerda, esta puede ser la oportunidad perfecta para que te lleves bien con Jennifer de una vez por todas.
—Como si me interesara.
Jennifer
—No quiero ir, no quiero ir —caminé por toda mi habitación, Jannet y Josie me miraban con una sonrisa.
—¿No quieres ir porque tienes miedo de caer en la tentación de estar con Jacob? —cuestionó Jannet.
—No es eso. No quiero vivir con el bueno para nada, se atrevió a darme dinero después de tener sexo conmigo. Me ofendió, me hizo entender que soy una cualquiera para él. ¡No lo soy! —dije molesta y cansada.
—Creo que él está confundido. Tienes que darle una oportunidad para conocerlo mejor —dijo Josie.
¿Por qué rayos mi hermana mayor se empeñaba en que le diera una oportunidad a ese estúpido hombre?
—Josie, Jacob es un machista egocéntrico bueno para nada. No voy a perder mi tiempo conociéndolo, a demás, tendremos que compartir la casa con un constructor llamado Jason —Me dejé caer en la cama.
—Dos hombres y un camino —Jannet comenzó a cantar en español, la miré molesta.
—No estés molesta, Jenni, solo ten paciencia —dijo Josie con dulzura.
—Y si no la tienes rómpele las bolas y cástralo —Jannet sonrió—. Estos meses sin ti serán geniales—Josie y yo la miramos atónitas.
—Con que te quieres librar de mí, malvada. ¿Cómo te atreves a ser tan descarada para decírmelo en la cara? —fingí estar molesta.
—Jennifer, no quiero sonar aburrida, pero se te hace tarde —me avisó Josie.
Solté un gran suspiro.
—Me llevan —las señalé a ambas con el dedo.
Jacob
—Ten—Daniel me entregó un boleto—. Es la entrada para ir a la WWE. Habrá un especial en California, así que ve para que te distraigas. Será en dos meses.
Sonreí. Mi amigo siempre se encarga de ayudarme a sentirme mejor.
—Gracias, Daniel, creo que voy a extrañarte —Mos abrazamos mientras nos dábamos palmadas en las espaldas.
—Voy a demostrarte que seré responsable cuidando tu apartamento esta vez —Se separó—. Mira, llegaron las Monroes, actúa como si no te importa —las observé.
No quiero pasar tanto tiempo con Jennifer y lo más extraño de esto es que no sé porqué. ¿Tengo miedo? No lo sé. No entiendo lo que me pasa, un momento estoy bien con ella y luego de un momento a otro lo arruino todo. No sé qué diablos me pasa pero lo que si sé es que este proyecto será totalmente largo, ni siquiera conozco a ese tal Jason.
—¿En qué piensas? —preguntó Daniel.
—En cosas sin sentidos, te lo aseguro —Las chicas se acercaron a nosotros, y pude notar que Jennifer era arrastrada por sus hermanas literalmente. Ella me miró de reojo y luego a Daniel.
—¿El señor Pérez no ha llegado? —preguntó Jannet.
—No. Lo llamaré —Daniel respondió y se alejó de nosotros.
Idiota, idiota, idiota. ¿Ahora qué hago?
—Hola —¿hola? ¿Es enserio Jacob? ¿No pudiste decir otra cosa mejor?
—Tengo que hablar contigo, Jacob —dijo Josie e inmediatamente me tomó por el abrazo, alejandome de sus hermanas—. Jennifer me contó lo que pasó entre ustedes y lo que hiciste —Desvié la mirada. No quería mirarla a los ojos, no quería ser sermoneado—. ¿Por qué lo haces, Jacob? ¿Acaso piensas que Jennifer es igual que las demás mujeres con quien tú te acuestas?
—No, no pienso eso. Jennifer es muy diferente a ellas —me apresuré a decir.
—¿Y por qué rayos tratas a mi hermana como a una cualquiera? Sé que tu relación con Julie no salió nada bien, que saliste muy herido, pero eso no te da derecho de tratar a las demás mujeres cómo se te antoje. Todas tenemos sentimientos, solo que otras no lo demuestran, como Jennifer. Sé que no te debería decir esto pero a ella le dolió ver el monstruo que eres. Y te diré una cosa, Jacob, si estás buscando el amor, jamás lo encontrarás porque tú no sabes cómo buscarlo y no sabes cómo actuar para hacerlo. Y ninguna mujer se fijará en ti con esa actitud que tienes —dijo bastante molesta y se fue dejándome solo.
Todo lo que dijo era cierto y lo sabía.
¿Por qué las Monroe's eran diferentes a las demás mujeres?
Solté un suspiro y me acerqué a Daniel.
—Como que te llevas bien con la hermana mayor de Jennifer —Daniel sonrió.
—Sí, algo así —sonreí a medias.
—¿Piensas robarte a la mujer de tu hermano?
—¿Pero que rayos dices? No, ni hablar.
—Chicos, ¿cómo están? —El señor Pérez llegó con una sonrisa en el rostro—. En diez minutos sale su vuelo. Aquí tienen —nos entregó un boleto de avión a Jennifer y a mí—. El constructor ya está en California.
Estaba caminado por el pasillo del avión buscando el número del asiento que me asignaron. Me paré frente al asiento 34 y vi a Jennifer sentada en el asiento de la ventana
—¿Ese es tu asiento? —le pregunté sorprendido. Ella me ignoró por completo, me senté a su lado y la miré—. Sé que estás molesta conmigo pero tendremos que vivir juntos durante mucho tiempo, así que haremos reglas en las cuales tenemos que respetar.
—Como quieras, me da igual —suspiré. Ella se acomodó en su asiento y cerró los ojos—. Está bien, yo las voy haciendo mientras tanto —dije. Saqueé mi libreta de apuntes y comencé a escribir.
Jennifer
Estaba cansada de estar haciendo nada, quería llegar y encerrarme en mi futura habitación temporal. Abrí mis ojos de golpe y miré a Jacob escribiendo en su libreta.
—¿Qué sabes hacer? Es decir, ¿qué sabes hacer para sobrevivir en casa? —le pregunté. Paró de escribir y me miró.
—No hago nada, para eso está el dinero, sabes, hago lo que yo quiera con él —Sonrió como si lo que estaba diciendo era bueno.
—Sabes que allá no habrá nadie quien limpie ¿verdad? Solo estaremos tú, yo y el constructor. No habrá mucama —Me miró sorprendido—. Ahora, dime, ¿qué sabes hacer?
—Bueno, sé hacer huevos revueltos y café —dijo inocentemente—. Nunca en mi vida he hecho nada, siempre he tenido a una mucama a mi disposición, incluso, perdí mi virginidad con una.
—¿Sabes qué? El que sobreviva gana —me acomodé en mi asiento—. No haré nada por nadie, todo lo que haré será exclusivamente para mí —Cerré mis ojos.
—Bien, pondré eso en la lista de reglas —dijo con arrogancia.
ESTÁS LEYENDO
En Búsqueda Del Amor ©
RomansaJacob Robertson, arquitecto estrella de la empresa más cotizada de arquitectos de Nueva York, es un hombre prácticamente perfecto, masculino y simpático. Pero también ambicioso y concentrado en su profesión. Lo tiene todo, desde autos lujosos hasta...