XXXI

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Jacob

Estaba acostado junto a mi esposa. Jennifer estaba acostada arriba de mi pecho. Ambos estábamos completamente desnudos y cubiertos con una sábana. Ella puso su mentón de mi pecho y me miró a los ojos.

—Estoy tan emocionada, vamos a ser padres —Me dio un beso—. Quiero que sea niño, así se llamara Jacob Robertson Jr.

—No estaría nada mal —Le sonreí—. No puedo creer. Tienes dos meses de embarazo, no se nota mucho.

—Solo espera unos meses más para que veas que mi panza estará enorme —Se acomodó en mi pecho—. Te amo mucho, mi vida.

—Yo también te amo —La abracé y cerré los ojos— ¿Quiénes serán los padrinos?

—Tenemos que discutir eso —La sentí más relajada—. Ahora voy a dormir un poco.

—Duerme todo lo que necesites, mi amor.




***

Estaba firmando unos papeles cuando el señor Pérez se acercó a mí y sonrió.

—Felicidades, futuro padre —Sonreí y me levanté de la silla, el señor Pérez me dio un fuerte abrazo—. Dos meses fuera del trabajo y cuando llego me entero de que mi empleado estrella va hacer papá con mi otra empleada estrella. El mundo es tan increíble. ¿Quien iba a decir que dos personas que se odiaban iban a terminar amándose?

—Creo que nunca la llegué odiar, solo trataba de engañarme a mí mismo —Di un suspiro—. Ahora véame, rehice mi vida con una feminista, voy a ser padre, me va más que bien en el trabajo, tengo un gran hogar, más amigos y menos alcohol. . . Le aseguro que si no hubiera conocido a Jennifer aún seguiría siendo el mismo Jacob de antes.

—Probablemente, pero lo que sí estoy seguro es que me gusta ver este Jacob de ahora. Siempre con una sonrisa, con un buen carácter. Antes no estabas así, ni cuando estuviste con Julie te veía de esa manera, tan lleno de vida —Se sentó en una de las sillas para visitas y yo me senté en mi silla giratoria que estaba detrás de mi escritorio.

—¿Qué le parece si vamos a celebrar? Podemos ir a un restaurante, usted con su esposa y yo con la mía —sugerí y él sonrió.

—Me gusta la idea. Estoy seguro que a Gabriela le gustará ir. Esta noche si no hay problema.

Miré el reloj.

—Esta noche será —Sonreí.

El señor Pérez se levantó y se fue de la oficina. Di un suspiro, tomé el teléfono de la oficina y marqué al número de Jennifer.

¿Sí, mi amor? —escuché como las hermanas de Jennifer no se callaban.

—Con que tienes una reunión con tus hermanas y no me dijiste nada, ¿eh? —Ella rió.

Ellas vinieron sin avisar, es como una sorpresa.

—Esta noche iremos a cenar con el señor Pérez y su esposa —Esperaba la reacción de Jennifer.

¿Hoy? ¿Esta noche? Entre tantos días que tienes esta semana, ¿tenías que decir que fuera hoy?—Se escuchaba frustrada.

—Si no quieres ir solo tienes que decir no, Jennifer—dije cansado.

Pues no quiero ir —Me quedé atónito—. No tengo ganas de ponerme un vestido ni nada de eso.

—Entiendo —dije serio. Me molestaba mucho que ella fuera una aguafiestas—. Hablamos más tarde.

Jacob, por favor, no estés molesto —suspiró.

—Adiós, Jennifer, hablamos luego —Colgué la llamada y miré al techo dejándome recostar en el espaldar de la silla—. Amy —llamé a mi secretaria. Entró rápidamente a la oficina y me miró.

En Búsqueda Del Amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora