Jacob
Pasó tres meses después de la noche de pasión que Jennifer y yo tuvimos. Durante esos meses hemos estado discutiendo. ¿Por qué? ¿Por qué ella tuvo que arruinarlo todo diciéndome que me amaba?
—¿Puedes dejarme de una maldita vez? —grité molesto. Jennifer me miró a los ojos.
—Solo quería darte un abrazo, Jacob, me has estado evitando durante estos tres meses. ¿Qué rayos te pasa?
La miré molesto.
—Me tienes harto con la misma pregunta una y otra vez. Maldición, Jennifer, estoy muy ocupado para atenderte ahora —Puse mi vista en mi laptop.
—Bien, bien, Jacob. Pero hoy no duermes conmigo—Se dirigió a la puerta.
—¡Me da igual! —le grité enfadado.
—Vete al diablo, Jacob —Dicho esto salió dejándome solo.
Di un profundo suspiro y me apoyé en el espaldar de la silla.
No quiero estar así. No me gusta discutir con Jennifer, pero no puedo contenerme.
Mi celular comenzó a sonar. Lo tomé y vi la pantalla. Era Jenny. Qué raro
Cogí la llamada.
—Hola, Jenny, me sorprende tu llamada —dije cansado.
—Jennifer me ha contado lo que les está pasando. ¿Qué te pasa? ¿Por qué la tratas así?
Me sentía mal, sentía un nudo en la garganta.
—No lo sé —dije en un hilo de voz—. No la quiero tratar así pero algo en mí me dice que lo haga, Jenny, no puedo más, no puedo —Mi corazón ida a explotar.
—Jacob, ¿qué pasa? —Sonó muy preocupada.
—No puedo hablar contigo ahora —Y colgué la llamada.
***
Estaba en la sala de estar firmando unos papeles. Jennifer se sienta al lado mío y me mira.
—Nene, ¿me haces un favor?
La miré enojado.
—¡¿Qué quieres?! —le grité—. Estoy ocupado.
—¡Ya estoy harta, Jacob! Me dices lo que pasa o me largo y no me verás esta noche —Su amenaza era muy fuerte.
—No te vas a ningún lado.
Nos miramos a los ojos y de un momento a otro nos estábamos besando como nunca antes lo habíamos hecho.
La cargué y subí las escaleras. Nos necesitábamos, teníamos un montón de tiempo que no estábamos juntos, ni un beso que era lo más esencial.
Teníamos nuestras respiraciones agitadas después de lo sucedido y ella me miró.
—¿Terminaste? Ahora me dices lo que tienes.
—Nada pasa conmigo, Jennifer, ya dejémoslo así.
—Es que no podemos permitir que nuestra relación se convierta en discusiones y luego sexo. Eso no está bien, Jacob —Se sentó cubriéndose con la sábana.
—Jennifer, estoy bien, ya te dije —Di un suspiro—. Voy a darme una ducha.
—No iras a ningún lugar —Me detuvo—. Por favor, Jacob, dime lo que te pasa.
—¡Te dije que no pasa nada! —grité.
Me levanté de la cama y me dirigí al baño.
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En Búsqueda Del Amor ©
RomanceJacob Robertson, arquitecto estrella de la empresa más cotizada de arquitectos de Nueva York, es un hombre prácticamente perfecto, masculino y simpático. Pero también ambicioso y concentrado en su profesión. Lo tiene todo, desde autos lujosos hasta...