Uno

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Cuando apenas era un bebé recién nacido con tan solo días mis padres me dejaron abandonada delante de la puerta de una iglesia, me dejaron allí en dentro de una pequeña canasta envuelta con tan solo una manta junto a un papel que lo único que cont...

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Cuando apenas era un bebé recién nacido con tan solo días mis padres me dejaron abandonada delante de la puerta de una iglesia, me dejaron allí en dentro de una pequeña canasta envuelta con tan solo una manta junto a un papel que lo único que contenía escrito era mi fecha de nacimiento.

Cada persona que conoce esta historia dice "Eres huérfana" pero yo no lo creo así porque Dios permitió que aquel día me dejaran en ese lugar para así darme una madre que me iba a amar de verdad que hasta era capaz de dar su vida por mi, esa es la señora Booth, quien iba saliendo de aquella iglesia ese mismo día. Ella acababa de enviudar así quedando sola con una niña pequeña y sin muchos recursos.

Conociendo ella todas las dificultades que yo le traería, no le importo y decidió darme un techo donde vivir, un nombre junto a un apellido, también me dio mucho amor y cariño. Aunque no llevamos la misma sangre yo soy su hija y ella mi mamá con la cual siempre estaré agradecida pero sobre todo con Dios porque las personas actuamos, pero realmente quien pone en nuestros corazones es Dios.

—¡Vamos Elishia date rápido! —Gritó mi hermana cuando entre a la cocina ya cambiada y lista para desayunar. Resoplé.

—Eliana está temprano, así que toma las cosas con calma y desayuna tranquila —le respondió mamá poniendo los platos con tostadas francesas sobre la mesa. Son las seis y media de la mañana y se supone que es a las siete y media que debemos estar en la iglesia y de ahí junto con más jóvenes nos subiremos a un autobús para ir al lugar del campamento. Pero Eliana, quien es una persona puntual, en estos momentos está muy emocionada entonces eso la hace más puntual de lo normal.

Luego de desayunar ayudamos a mamá a lavar los platos, mientras hacíamos esta tarea, Eliana continuaba apurándome pero aun así yo iba con toda mi calma hasta que por fin terminamos y ya nos íbamos pero en el umbral de la puerta mamá nos detuvo, Eliana se movía mucho indicando que debía darse rápido, pero mamá hizo caso omiso de esto.

—Compórtense, diviértanse de forma sana —anunció recalcando esta ultima palabra—, hagan bromas sin pasarse mucho de la raya —comentó mirando a mi hermana, ya que esta hace varios años en un campamento, dejo a alguien sin cejas.

>> Pero sobre todo disfruten de la presencia del Espíritu Santo, no lo limiten y déjense usar por Él—. Terminó con una sonrisa de oreja años oreja, nos abrazo y nos despedimos de ella.

A pesar de que Eliana y yo llevamos cada una, una maleta, una almohada en las manos y una pequeña mochila llena de chucherías, decidimos caminar las cuatro cuadras hasta la iglesia, disfrutando del sol matutino que apenas acaba de salir y el suave viento fresco, que se siente tan bien cuando toca tu piel. Todo el trayecto lo pasamos en silencio, simplemente disfrutando de nuestra compañía y de las sensaciones que nos regala la naturaleza que Dios creó para nosotros.

Tiempo después llegamos sin prisa al lugar, ya todos habían empezado a hacer una fila para subirse a los autobuses, cuando mencionan el nombre de alguien esa persona debe de subir; mi hermana y yo nos formamos al final de la fila mientras esperamos a que nos llamen. Durante la espera me detuve a ver a las personas entre cada uno de los rostros conocidos de los jóvenes de la iglesia hay personas que nunca en mi vida he visto.

También me percate que este año tampoco faltó la persona que cree que es a mudarse que va, el que se aparece en pijama y el que comienza a hacer bromas desde el camino de ida hasta el camino de vuelta pero de entre todo ellos, lo que realmente llamó mi atención fue un chico a pocos metros de mi, es alto de piel bronceada con cabello negro y bueno, no alcanzo a verle la cara porque esta de espaldas a mi, pero lo que me pareció interesante de él es que en lugar de estar hablando o haciendo bromas como otros, está leyendo la biblia y eso en parte hace ver cuanto él ama a Dios.

—¿Qué tanto miras al pobre chico? —Me codeó Eliana, yo rodé mis ojos, ella siempre tiene que dañar el momento.

—Cállate y déjame apreciar tranquila—bromeé.

—Esta bien pero espero que no peques en tu corazón —hizo una muesca y reímos.

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Durante todo el trayecto  me la pase leyendo, mientras los demás ríen a gran voz, cantan los coros cristianos antiguos; mi hermana al parecer se canso de que la ignorara y que tampoco estuviera divirtiéndome con los demás, así que cambió de asiento pero yo no le tome importancia hasta que me di cuenta con quien fue que intercambio.

Tuvo que haber sido con aquel chico pelinegro, no pudo haber sido con otra persona pero ahora que lo veo de frente puedo decir que es bonito, sus ojos son un poco achinados de color marrón, tiene unas cejas negras bien pobladas y lo que le hace ver más atractivo es la barba, la cual lleva bien arreglada.

—Hola, mi nombre es Declan —Se presentó luego de haberse sentado, con una gran sonrisa mostrando sus dientes los cuales están cubiertos de brackets.

—Mucho gusto, Elishia —le respondí, sonriendo de igual forma y me perdí en aquellos ojos marrones, pasaron unos breves segundos en los que me le quede mirando como una tonta hasta que me di una cachetada mental y volví a leer el libro, él tampoco dijo nada y se puso a leer uno y así fue durante todo el trayecto hasta el lugar del campamento.

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Holis!!! Bendiciones!♡
Espero que les haya gustado el capitulo ;), no olviden dejar sus votos y comentar.

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