Cuando era una bebé mis padres me abandonaron, pero eso nunca me impidió ser feliz. Conocí a Dios desde mi niñez y me fue más fácil llevar las cargas de la vida. Durante mi adolescencia libre batallas de las cuales pensé que nunca iba a salir, a vec...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Luego de unas largas y exhaustivas horas de viaje, por fin llegamos al lugar del campamento. Es un campo bastante grande y hermoso, tiene plantas de flores por todos los alrededores, adornando así aquel gran lugar también tiene grandes arboles en puntos estratégicos para brindar sombra; del lado izquierdo del gran campo, hay un amplio espacio techado con muchas sillas de plástico y al fondo de este un gran escenario, por el aspecto que tiene este espacio, se que ahí es donde se van a realizar los servicios. Luego de este lugar, pasando por un pequeño camino adornado con arbustos, se encuentran las habitaciones, cuatro pabellones de dos pisos cada uno; del lado derecho del gran campo, hay una especie de jardín con un pequeño lago en el centro, el cual se encuentra lleno de peces y después de este jardín, se encuentra el gran comedor. Mas adelante de esto se encuentra una gran piscina con tres grandes toboganes y cerca de allí se encuentran unas escaleras que descienden hasta llegar a un río. Esto es lo que apenas logro divisar del lugar a través de la ventana del autobús.
Luego de bajar del autobús y haber sacado las maletas, nos reunimos en el lugar donde estaremos realizando los servicios, allí oramos, agradeciéndole al Padre por habernos guardado y luego, cantamos un par de adoraciones para luego, la directiva de jóvenes, decirnos cuales son nuestros equipos, a mi me toco en el equipo rojo con diecinueve personas mas de las cuales solo conozco una y es Declan, el cual a penas y acabo de conocer; luego de que los equipos nos presentáramos, nos explicaron las reglas, nos dieron el horario de las actividades para luego de esto darnos una hora libre.
Con mi maleta a rastras me dirigí hasta las habitaciones, cada piso de cada pabellón tiene dos habitaciones y cada una contiene al menos diez literas, Eliana y yo decidimos quedarnos en el piso de abajo para no andar subiendo y bajando las escaleras también como era de esperarse elegimos una misma litera, ella duerme arriba y yo debajo; mientras las demás chicas sacan y ordenan las cosas que trajeron, yo simplemente saque las sabanas, mi almohada y deje lo otro tal y como lo había guardado en la maleta, para así aprovechar el rato libre que nos dieron, durmiendo, ya que todos sabemos que nadie dormirá en la noche, velando para no caer en ninguna broma.
A penas había logrado caer en un sueño, cuando poco rato después sentí como algo cayó sobre mi pecho, abrí mis ojos un poco adormilada pero al ver una grande y peluda araña, sobre mi, abrí mis ojos como platos, lanzando un chillido tire la araña hacia un lado y salí corriendo de la habitación con mi corazón acelerado, escuche como las chicas detrás de mi se reían y me voltee encontrándome con mi hermana y un par de chicas más, estas se encuentran grabando la escena que hice y tienen la araña en manos, en ese momento el color volvió a mi cara y mi pulso empezó a regularizarse.
—No puedo creer que le temas a una araña de goma —comento Eliana entre risas.
—No es justo —me cruce de brazos a la vez que ponía boca de pato.
—Pero así es la vida —se encogió de hombros y se fue.
—Y esto a penas acaba de empezar —suspire y mire hacia el techo. Ella se aprovecho de mi miedo a los insectos, así que yo también me aprovechare del de ella.
