Veinticuatro

167 34 3
                                    

Este capítulo queda dedicado a mi pequeña @Waisly9 por insistir tanto en que publicará nuevo capítulo y por preocuparse por Declan a tal punto de amenazarme😂❤️

***

Cada vez que Dios pasa por algún lugar deja una marca, ya sea física o espiritual; la cual le confirma a los expectadores que realmente Él estuvo en dicho lugar y no fue producto de imaginación humana.

Si abrimos nuestras biblias, y leemos los evangelios, podemos notar que cada vez que Jesús pasaba por un lugar se creaba un antes y un después en la vida de cada uno de los individuos que tenían contacto con él.

Por donde sea que Jesús pasara las personas eran sanas, demonios salían huyendo y se producían grandes milagros.

Estas cosas eran como una marca de agua ya que todo el llegaba después, al ver al enfermo sano y al cautivo libertado sabía que había sido Jesús porque nadie más hacía las mismas cosas que él.

El día de hoy, cuando tenemos un encuentro con Dios, queda una marca bien profunda en nuestros corazones. Este sello nos hace saber que no volveremos a ser los mismos de antes porque el Señor ya nos ha transformado y apartado para su propósito.

Esa marca que queda es el gozo, paz, libertad, vida, sanidad, salvación y muchas otras más pero no estoy diciendo esto porque me lo contaron sino porque lo vivo.

Esta mañana después de que me levante, al sentir las marcas del Espíritu Santo, no pude dejar de sonreír a pesar de todos los problemas.

Eso me hizo entender que muchas veces creemos que el la culpa de nuestra actitud la tienen las personas a nuestro alrededor, el lugar o las circunstancias, pero realmente los únicos culpables somos nosotros mismos por alejarnos de Dios; y es muy diferente pasar una situación difícil sin Dios a pasarla con Dios porque cuando permaneces en Él, a pesar de que te están rompiendo, continuas gozoso en el Señor porque entiendes que esa es la fortaleza.

El mismo hospital de ayer me recibió con el mismo olor a químicos y el mismo pasillo frío pero, a diferencia del día anterior, tengo una alegría tan grande que es capaz de contagiarsele a cualquiera que se me pegue.

—Buen día. —Le sonreí a Eliana, quien está junto a mi madre con su cabeza recostada sobre la camilla.

No recibí respuesta de su parte.

Me acerqué para arrodillarme frente a ella y recostar mi cabeza del borde de la camilla. Así quedamos cara a cara.

—¿Qué quieres? —murmuró.

—Saber que estas bien.

—Sí, lo estoy. —Por más que intentó volver a ocultar sus sentimientos no pudo porque su voz se rompió y las lágrimas comenzaron a salir.

Me erguí y con mis brazos la atraje hacia mi para darle ese abrazo que tanto necesita.

—Todo va a estar bien. Dios tiene el control —susurre.

—No entiendo como puedes continuar en pie después de haber pasado por tantas cosas —sollozo en mi hombro—. Yo quiera seguir pero al ver mi madre ahí puedo, sólo quiero sentarme a hacer nada porque no tengo ánimo para continuar hacia delante.

—Te comprendo. —Procedí a acariciar su cabello— Aunque duela, no es tiempo para rendirse ni retroceder. En su momento no me rendí porque te tenía a ti, a Declan, mamá, Paul, Lea y Jane. —Sonreí con melancolía.

»Las personas más maravillosas que el Señor pudo haber puesto en mi camino pero, ten siempre pendiente, que nosotros también estamos para ti.

—Gracias —murmuró y se despegó de mí.

Aliento de vida {borrador} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora