Nueve

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Meses más tarde

Me detuve en la cera junto con un grupo de personas a espera a que el semáforo cambie, para así cruzar la calle. Mi celular sonó, indicando que me ha llegado un mensaje; moví mi mano hacia mi bolsillo delantero en busca de mi teléfono, a la vez que hacía unos movimiento extraños para evitar que se caigan las fundas que llevo en mis brazos. Finalmente, luego de dos minutos haciendo malabares; logre alcanzarlo, justo cuando lo encendí llegaron varios mensajes más.

Jane n.n: ¿Ya vienes?
¿Cuánto te falta?
¡Date prisa!
Necesito arreglar todo antes de que lleguen.

                            -Llévame con calma que ando caminando.
Aprende a ser paciente, ya verás que voy a llegar.

Con mucha dificultad termine de enviar el mensaje y volví a guardar mi celular, no vaya a ser que encuentre un nuevo dueño.

¿Cómo ha sido mi vida en esta gran ciudad? En un inicio fue bastante complicado, porque estoy acostumbrada a un pueblo en donde todo es pequeño pero aquí, todo es muy diferente, a parte de que la ciudad es bastante amplia, tiene edificios inmensos. Al principio no conocía a nadie que me ayudara a desenvolverme, y tampoco tenía ayuda de mi familia, lo cual complicaba todo aún más.

Me perdí varias veces en estas grandes calles y llegue tarde a varias clases por esa misma razón; pero un mes después, gracias a mi habilidad de aprender rápido, el gps y personas de la iglesia; aprendí a caminar por algunas calles, así que ya no me pierdo como antes. En tan sólo un mes y medio logre acostumbrarme a la agetreada vida que la ciudad ofrece.

En el pueblo donde vivía casi todos se conocen, la gran mayoría de las personas son cristianas y los que no lo son, pues saben guardar respeto. Por ese lado, siempre estuve cómoda y nunca tuve miedo de adorar en público o de admitir mi fe, porque sabía que nadie me iba a atacar por eso.

Pero aquí no es así, debo de admitir que al inicio mi fe tambaleo; la duda entro a mi vida y por causa de la opresión no sabia que hacer.

Aquí algunas personas pueden llegar a ser muy crueles con los cristianos. Los profesores se burlan de Dios abiertamente, y muchos de ellos tratan de hacer que abandones tu fe con palabrerías bonitas, pero al final, cuando las analizas no tienen mucha base. Pero hoy puedo decir que pude vencer la duda, el temor y que Jehová estuvo conmigo en cada momento, dándome las fuerzas que necesitaba y también me rodeo de personas que fueron de gran ayuda para mi vida espiritual.

Abandoné el flujo de mis pensamientos cuando noté que el semáforo peatonal cambio de rojo a verde; acelere el paso dejando atrás el pequeño tumulto de personas que se había formado.

Aliento de vida {borrador} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora