Quince

245 30 9
                                    

Un año después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Un año después

Si creías que planear una boda es tarea fácil, pues estoy aquí para decirte que no creas tal mentira.

Declan y yo apenas habíamos culminado la universidad; él no tenía trabajo y yo tuve que dejar el mío para regresar a mi pequeño pueblo, Tierra Santa. Entonces, antes de actuar decidimos analizar la situación, luego de hacerlo tomamos la decisión de esperar a que estuviéramos un poco más estables económicamente para así proceder con los preparativos de la boda y no tener deudas ni mucho menos depender de algún individuo al momento de mudarnos juntos.

Pero he aprendido que una cosa es la que decimos nosotros los seres humanos, y otra cosa es la que dice Dios. En dos ocasiones Dios nos habló tanto a Declan como a mí para hacernos saber su voluntad.

La primera vez me habló a mí a través de un sueño; Él sólo me mostró un vestido de novia y junto a este había una caja de rosas con un pequeño reloj, el cual marcaba la fecha: veinticinco de agosto del corriente año. Luego, pocos días después de la revelación; el Señor trajo confirmación, para ser precisos el treinta y uno de diciembre del dos mil diecinueve.

Para esa fecha nos fuimos de viaje a Kansas City junto a la familia de Declan y mi hermana, pero como para nosotros ya se ha hecho costumbre recibir el año nuevo en la iglesia, pues no quisimos hacer la excepción, así que aprovechamos la oportunidad para visitar una pequeña congregación llamada: Manantial de Vida. Esa noche asistió con nosotros el padre de Declan —Paul—, pero no fue por voluntad propia sino que Lea le insistió tanto que al final tuvo que aceptar.

Sucede que esa misma noche hubo un derramamiento especial del Espíritu Santo, personas empezaron a ser bautizadas en Espíritu y fuego; la persona que estaba predicando dejó de hacerlo porque el Espíritu de Dios le instaba a profetizar, fue algo sorprendente porque a nosotros, en un momento, empezaron a llamarnos uno a uno.

Estábamos adorando en Espíritu y verdad, todos unánimes mientras Dios hablaba; yo había iniciado a llorar pero la cosa no quedó ahí sino que inicie a sentir como algo me quemaba en mi estómago, fue algo tan fuerte que no podía parar de adorar. No sé como estaban los demás en dicho momento porque fue tan fuerte lo que estaba sintiendo que yo no abrí mis ojos hasta el momento en que escuche como llamaron a Lea:

—Tu clamor ha llegado al cielo —le dijo la mujer a Lea—, no más lloro porque hoy llega una nueva temporada para tu vida, mi orden se establece en tu casa y lo traigo a mis pies —. Finalizó la predicadora, entonces Lea inicio a ser bautizada en el Espíritu, esta inicio a danzar a la misma vez que reía.

—Tú —la profeta llamó a mi hermana y esta pasó adelante sin dudar—. Dice Jehová que en lo poco haz sido fiel, en lo mucho te pondrá. Él ha visto tus proyectos, ese proyecto para ayudar a jóvenes y hoy te dice que lo pongas en acción que Él te está respaldando —Mi hermana terminó de rodillas llorando en el altar.

Aliento de vida {borrador} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora