Seis

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Dedicado a mai fren Zam, por apoyar en cada capitulo y hacerme reír con sus comentarios XD, y sepan que le he tomado aprecio en tan poquito tiempo :')

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*Tres semanas más tarde*

—¡Por fin soy libre del yeso! —exclamé emocionada cuando entre a la habitación que comparto con mi hermana.

—Ay —su semblante se entristeció—, lo voy a extrañar, fue el mejor cómplice que pude tener en la vida, porque gracias a el  no me alcanzabas a pegar cuando bromeaba contigo —. Murmuró con la mirada perdida en el suelo y la comisura de sus labios hacia abajo.

—Por fin podre vengarme —froté mis manos como lo hacen las moscas, a la vez que deje mi mirada fija en ella con una gran sonrisa.

—¡Mamá! —chilló a la vez que se fue corriendo hacia el primer piso. Reí a carcajadas.

Me lancé encima de su cama y tome la computadora que está sobre la pequeña mesa de noche. Intenté ingresar a mi cuenta de Facebook, pero al tener tanto tiempo sin entrar me olvidé de la contraseña, así que tuve que hacer que me enviaran un mensaje a mi email, luego entrar allí y seguir los pasos indicados para recuperar la cuenta. Pero cuando entre al email, noté que en mi bandeja de entrada hay otro mensaje; fruncí el ceño extrañada ¿Quién envía mensajes por email, hoy en día?

Al leer aquel mensaje mis ojos se abrieron como platos y salí corriendo de la habitación, volé las escaleras y llegue corriendo hasta el patio de atrás, entonces allí empecé a correr alrededor de mi mamá y Eliana, a la misma vez que gritó de la emoción.

—Creo que no debieron de quitarle el yeso, a causa de eso es que se volvió loca —le comentó Eliana a mamá. Paré de correr para mirarlas.

—También pienso lo mismo —murmuró de vuelta mamá; pero no respondí a esto, sólo las mire con una sonrisa más grande que la que tenía Cheshire en Alicia y el país de las maravillas.

—¿Puedes decirnos qué cucaracha te picó? —interrogó mi castaña hermana, mirándome como si de verdad estoy loca.

—¡Me dieron la beca! —chillé, alzando mis brazos al cielo.

—Gloria a Dios, ¡Felicidades! —exclamó mi mamá para llenarme de besos y abrazos.

—Me siento tan feliz por ti —comentó mi hermana, poniendo su mano encima de su pecho con emoción. En ese momento cuando la miré, recordé algo.

—Si mi respuesta llegó, entonces la tuya también ¡Ven, vamos a ver! —la tomé de la mano, emocionándome aun más por el hecho de que tal vez a ella también le hayan dado una beca. Ella no se movió de su lugar; volteé a verla, noté que ella y mamá cambiaron sus caras de alegría por una de tristeza. Todo el gozo que tenia hace unos minutos, se fue.

Aliento de vida {borrador} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora