Capítulo 28.

198 16 4
                                    

Después de un improvisado brindis. Los cuatro fueron por petición de Mel a cenar a un restaurante.

— ¿Y cuándo se van a casar?

—Bueno, todavía no tenemos idea. —le contestó Lara.

—Mel, le acabo de dar el anillo. —respondió al mismo tiempo Guido.

—Mi amor —intervino Pato.— , dejalos un poco más de tiempo antes de pensar en una fecha o algo de eso.

—Pero la fecha es lo más importante, a partir de ahí se decide todo lo demás: las flores, el vestido, los adornos... ¡TODO!

—Bueno, supongo que tenemos tiempo para pensarlo, para que todo salga perfecto.

—Exacto y para que todo salga perfecto yo voy a organizar la boda.

—Pero vos estás lisiada, amor, no podes organizar una boda.

—Ay, si que puedo y la boda se va a celebrar después de que el doctor me saque al carajo este yeso, pero de que voy a organizar la boda de eso que no te quepa ninguna duda, Pato.

—Bueno, Bueno. Si vos decís.

Siguieron hablando, o más bien discutiendo sobre los detalles de la boda, entre broma y broma se hacían uno que otro comentario serio. Hasta que terminaron hablando de un tema que no tenía nada que ver.

—Si me disculpan —dijo Lara.—, necesito ir al baño. ¿Me acompañas, Mel?

—Me encantaría pero con este yeso, la verdad, que para mí es todo un deporte extremo moverme.

—Es verdad, bueno, en un momento vuelvo.

Se dio la vuelta y se alejó lentamente. Mel y Guido retomaron la plática, pero no más de cinco minutos después Pato los interrumpió.

—Uh, che perdón, pero me acordé que tengo que hacer una llamada.

Sin más se levantó de la mesa y se alejó de ella.

Cuando Lara salió del baño, se encontró con que Pato estaba parado enfrente de la puerta.

—Te estaba esperando. —le dijo.

—¿Para qué?

—Lara, yo... —dio un largo suspiro.

—¿Si?

—Quiero... te quiero pedir... Disculpa. Te pido una disculpa por todo lo que te dije y por lo que te hice pasar. Yo...

—Te disculpo. —lo interrumpió ella.

—¿Qué? ¿Así nomás?

—Sí.

—No, no podes. Había hecho todo un discurso para pedirte una disculpa y vos me disculpas como si nada.

Ver a Patricio quejándose como un niño pequeño le robo una carcajada a Lara, se notaba que eran hermanos con Guido.

—En serio, te disculpo... No tenes que hacer tanto show, solamente felicitarme de verdad.

Y Pato captó de inmediato la indirecta.

Se acercó a ella y la abrazó.— Felicidades, Lara. —le susurró.

[...]

Patricio y Lara volvieron a la mesa juntos. Él con una gran sonrisa.

—Vamos a brindar otra vez. —declaró.

Después de un largo discurso con miradas de cariño hacia Mel, de alegría hacia Guido, y de empatía hacia Lara por fin dijo.— Porque tengan un feliz y largo matrimonio.

Opuestos | Guido Sardelli Donde viven las historias. Descúbrelo ahora