When love must die; Ben Hardy.

Capítulo XIV.

Zoe estaba lista para ir al set, quería encontrarse de nuevo con él.

Se apresuró arreglarse, se vistió de manera que pareciera que no se había arreglado pero cuidó cada detalle, quería seguir causando buena impresión con Joe.

Subió a su auto, puso música y manejó con algo de prisa, quería era estar con él; no quería nada más.

Cuando llegó fue al camerino de su padre, lo esperaba para decirle sobre Joe. Ya no quería dejar nada entre su padre y ella.
Escuchó pasos del otro lado de la puerta, estaba llegando.

–Hola papá,–Dijo mirando su celular, no había visto la puerta, sabía que sería su padre.

–No precisamente.

Zoe reconoció esa voz tan suave que en algún momento de su vida la tenía como loca.

–¿Qué haces aquí, Brian?–Respondió ella en un tono de molestia.

–Hola para ti también querida. La verdad me resultó extraño verte por aquí, no sabía que ya habías arreglado todo con Roger.

–Sí, la verdad es que mi padre y yo hemos arreglado nuestras diferencias, es bueno tener a mi padre en vez de otra figura paterna más mediocre.–Dijo en tono de burla.

–No vine para hacerte enojar, ya no quiero volver a hacerlo. Solo vine a hablarte y ver cómo estás.

–Para que lo sepas estoy excelente, muchísimo mejor que hace 2 años.–Respondió de manera brusca.–Y discúlpame que tengo que buscar a mi papá.–Dijo mientras se levantaba del sillón y caminaba hacia la puerta.

–Si claro, no te molesto. Te quiero.

Zoe no respondió y cerró la puerta de un portazo. Estaba molesta, sentía que solo había ido a restregarle todo el la cara. Apresuró el paso mientras volteaba hacia atrás, cuando de repente sintió un golpe.

–¿Por qué no tienes más cuidado, imbécil?–Respondió enojada, estaba muy irritada.

–Oye, qué amable.

Cuando levantó la cara ahí estaba Joe, rápidamente se sonrojó.

–Que idiota que soy, discúlpame, no te ví.–Dijo la chica un tanto apenada.

–Parece que estás algo molesta. Ven, deja que te invite un café y unos waffles.–Respondió Joe con la paciencia más grande que ella conocía.

Obviamente sin dudarlo dijo que sí.