Capítulo VI.

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Tan rápido como empezó la conversación, de igual manera terminó.

Roger insistió en invitarla a cenar, quería restaurar los lazos rotos que tenía con su pequeña. Ella no tenía ganas de nada, y menos con él. Sólo quería regresar a casa, echarse en cama y olvidarse de todo por un rato.

De camino a casa todo parecía normal, no había mucho tráfico así que pudo llegar a casa pronto. Ya no había autos de paparazzis, era una buena señal.

Pero no todo fue como esperó, su cara cambió al verlo parado frente a su puerta; ahí estaba él, y traía flores consigo.

Bajó lentamente del auto, no quería hacer esfuerzos. No podía contener las lágrimas.

–Zoe cariño, ¿Cómo estás?–Habló triste Brian.–He venido a ver cómo estás.

–Se supone que no deberías estar aquí, se supone que ya no volverías.

Zoe habló con la voz rota, le dolía decir lo que salía de su boca, las lágrimas bajaban por su barbilla.

–He venido a pedirte perdón, esto ha sido muy difícil para mí, me duele estar...

–¿Y crees que para mí no ha sido difícil?–Lo interrumpió la chica–¿Crees que no he sufrido por ti? ¿Qué todo ha sido maravilloso? Estás muy equivocado o eres idiota y no lo quieres ver.–No se dió cuenta que había empezado a gritar.–¡Sólo cuando te duele es cuando regresas! No te interesa lo que yo siento.

When love must die; Ben Hardy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora