Capítulo LIII.

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El esperado día ya había llegado, la boda de Ben y Zoe ya había llegado. El rubio estaba mordiéndose las uñas de los nervios, él ya estaba listo y solo quedaba en ir a la iglesia donde sería la ceremonia.

–¿Estás nervioso?–Preguntó la madre del chico.

–Algo...–Tragó duro.–Es como un sueño hecho realidad.

–Esa chica es un angel hijo, nunca la dañes. Ella te ama mucho.–Abrazó a su madre.–Vas a ser muy feliz porque es la chica correcta y siempre lo supe.

–¿Cómo lo supiste?–Preguntó.

–Cuando la llevaste por primera vez a la casa, noté como la mirabas como si fuera la cosa más maravillosa del mundo, nunca miraste a Katriona de la manera que miras a Zoe, la amas hijo.

–La amo con toda mi vida.–Sonrió emocionado.–Creo que ya es hora de ir.

–Vamos a que te cases con el amor de tu vida.–Los dos rieron.

(•••)

Zoe se observaba en el espejo y no podía creer lo que estaba viendo, se veía completamente preciosa; su cabello había vuelto a su color negro característico y sus bellos ojos azules resaltaban a más no poder. Se veía como una princesa, una hermosa princesa que estaba a punto de casarse.

–¡Te ves preciosa!–Exclamó Rory emocionada.–No puedo creer que mi hermanita ya se casa.

–Ni yo me lo creo Ro.–Sonrió.–¿Dónde está papá?

–Aquí estoy hija.–Dijo desde el umbral de la habitación.–Te ves preciosa hija.–Sus ojos se llenaron de lágrimas.–Eres la primera que se casa y creo que la única.–Rieron.

–Los dejaré solos, porque yo creo que tengo que irme a la iglesia con Lily.–Abrazó a su hermana y luego a su padre.–Los veo allá.

–Adiós.–Dijeron los dos al unísono.

–Estoy feliz por ti hija, no sabes el orgullo que me da al verte tan feliz, tan llena de vida.–Las primeras lágrimas fueron saliendo del mayor.–Quiero pedirte perdón por no ser un padre presente, sé que no merezco el seudónimo de "papá".

–No, no sigas.–Dijo Zoe secando una de las muchas lágrimas de su padre.–Tienes razón, has hecho cosas que no han sido las mejores; pero ahora has cambiado. Estoy feliz por eso, de que por fin he tenido una buena relación con alguien que nunca lo creí.–Zoe necesitaba llorar, no quería hacerlo. Quería verse madura y fuerte delante de su padre, y aparte no quería arruinar su maquillaje.–Perdóname tú a mí por alejarme de ti cuando tú querías acercarte a mí, no quería tirar mi orgullo. Pero no sabía cuánto te necesitaba hasta que volví a ser tu hija.

Roger sonrió sorprendido. Zoe no era de demostrar mucho sus emociones, fría hasta cierto punto. Y escuchar eso era como una ola de agua fría. Roger se sentía bien al escuchar eso, sentía que la pequeña que había descuidado hacía tiempo estaba volviendo.

Padre e hija se abrazaron entre lágrimas. La atmósfera del cuarto era tan pacífica.

–Creo que es hora de ir.–Zoe interrumpió el silencio.–Vamos a entregarme.

Roger le tendió el brazo, al salir del cuarto la admiraba. Tan alegre, tan imponente.

Su hija estaba lista para lo que viniera, se sentía orgulloso de ella.

–Diablos, está por suceder.–Zoe pensó.–Voy a casarme.

When love must die; Ben Hardy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora